Repensar la investigación literaria en tiempos de crisis

Repensar la investigación literaria en tiempos de crisis 19 formularios en que anotamos nuestros logros (pero solo los que valen puntos). En lo profesional, nada me ha dado más satisfacciones que la investigación literaria: comparar las distintas ediciones de María Flora Yáñez o leer los originales y descubrir las tachaduras y cambios en los poemas de Mistral son un placer; y poder comunicar esa experiencia como un todo es casi una necesidad. No han sido solo un trabajo, sino parte de mi vida: puedo relacionar lecturas específicas con fechas importantes de mi vida personal de la misma manera en que puedo vincularlas con música: una vida con banda sonora y con una lista de lecturas. Así como Toril Moi fue una melodía en medio de la pandemia, años antes la “Canción de cuna del ciervo” de Mistral me había acompañado en los cuidados de mi primer hijo. Esas experiencias y cada experiencia de lectura han dejado una (o más) marca(s) en mí; me han acompañado; me han hecho cambiar de opinión (o han enfatizado mi postura); me han hecho mirar a mis hijos de otra manera… Podría continuar esta lista por páginas y páginas. Si es así de personal (¿lo es para todas/os?), me gustaría que el reconocimiento de lo subjetivo (no de lo opinativo, sino de recordar que las y los investigadores somos sujetos) en nuestro campo y en nuestra labor siempre estuviera presente. Aunque me parece que todavía estamos al debe con eso del cuarto propio para la mujer, ese espacio no basta en sí mismo si la que lo habita no es vista como sujeto.

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