La vejez en contexto de transformaciones globales: desafíos éticos transdisciplinarios

el territorio de los hombres, mientras el barrio sería más femeni- no, el territorio de las mujeres, el lugar de los vínculos domésticos, cotidianos, ese lugar de las compras de cada día, de la vecindad, de la pequeña tienda, de la plaza, del lugar de la infancia, de las me- morias. Ese barrio como el del colectivo social, del reconocimien- to, en donde se pregunta: “¿Cómo está hoy?” “¿Cómo se siente?” “¿Qué necesita?” Esa geografía femenina, allí donde se cuida, aún sin elementos de higiene (el barrio que cuidó al barrio en la pan- demia, que fueron las mujeres cuidadoras). El barrio que sostiene de alguna manera, diría Javier del Pozo (Loc.cit), calladamente a la ciudad, particularmente aquellos barrios de las periferias, donde hay mayor pobreza, ahí donde el cuidado colectivo se expresa en los comedores populares, donde el cuidado de los viejos y las viejas encuentra soluciones colectivas y solidarias, porque cuanto más pobres, más solidarios, más cuidadores del conjunto. En este sentido, poner el foco en los barrios de los sectores po- pulares puede ser una política redistributiva de interés, que mejore el entorno de las calles y las plazas, que cuenten con equipamiento para que cuando las viejas y los viejos salgan a caminar encuentren el lugar donde sentarse y descansar para retomar la marcha. Vere- das más anchas, menos vehículos y más espacio para las personas. Más calidad en la vida cotidiana, donde lo colectivo se privilegia por sobre lo individual. Es fundamental considerar la dimensión territorial, sobre todo para las mujeres viejas que siguen siendo, todavía hoy y veremos hasta cuando, una mayoría en las vejeces. OCTAVA ESCUELA INTERNACIONAL DE VERANO SOBRE ENVEJECIMIENTO

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