La vejez en contexto de transformaciones globales: desafíos éticos transdisciplinarios
Derechos ¿y deberes? Han habido desafortunadas interpretaciones en torno a esta dicotomía aparente del derecho y el deber, vale recalcar que en ningún caso los derechos están sujetos a condiciones, son incondi- cionales y por ende el cumplimiento de cualquier deber no dice re- lación alguna con la vigencia y la posibilidad de ejercicio de un de- recho. Los ejemplos de las condiciones ideales en dónde se ejercen algunos derechos, le damos la interpretación de un deber, cómo el ejercicio de derechos civiles y políticos. Sin embargo, ahí el deber descansa fundamentalmente sobre el Estado, en el dotar de una institucionalidad y de condiciones favorables para ejercer un dere- cho a sufragio, a la participación política, a informarse, a concurrir a un proceso como este reduciendo brechas digitales o apoyando la difusión de información relevante. Las sociedades latinoamericanas tenemos un bagaje de dicta- duras que ha influido en cómo percibimos la participación política, en lo público y en lo comunitario, mermado por el miedo. Es algo de lo que, al menos en Chile, nos estamos recuperando progresiva- mente, pero aún falta camino por recorrer, estamos reiniciándonos de un periodo oscuro, de no participación, de miedo al vecino. Aún estamos golpeados por un modelo económico que es muy indivi- dualista, que se construyó en la lógica del individuo, de la merito- cracia y de la competencia. Fueron las personas mayores las que vivieron el quiebre institucional de la dictadura cívico militar, ese desarraigo democrático paradójicamente en el retorno a la demo- cracia, en el que a la gente le dijeron “váyase para su casa y participe hasta donde le digamos nosotros” . En ese sentido, el deber de incenti- var a la organización corresponde a la institucionalidad. También podemos identificar un deber hacia lo intergeneracio- nal, avanzar hacia generar espacios diversos donde interactúen personas de distintas edades. Así también se fomenta la participa- ción y el ejercicio de derechos, en la medida que desde las munici- palidades, organizaciones comunitarias y el Estado faciliten estos espacios. “Tiene que haber infraestructura, recursos, parte por uno, pero también tiene que haber un impulso de la institucionalidad. Hay una historia detrás que nos marcó mucho, y que nos hizo no querer OCTAVA ESCUELA INTERNACIONAL DE VERANO SOBRE ENVEJECIMIENTO
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