La vejez en contexto de transformaciones globales: desafíos éticos transdisciplinarios

personal con la idea de hacer cosas, pensamos que estamos vivos mientras estemos activos, ocupados en la faena, en las labores, validamos fuertemente el trabajo productivo que implica acción y transformación sobre el mundo, incluso concebimos lo político bajo esta norma activista. El hombre de acción, la mujer de acción, se nos aparece como los ejemplos a seguir, acaso esta sobrevaloración de la actividad, sobre el pensamiento por ejemplo, no sea en sí misma negativa. El problema es que en su trasfondo se halla el fenómeno de la acele- ración, cuando hablamos de este actuar hiperactivo, estamos lejos de eso que la pensadora Hannah Arendt denominaba la vida activa, cuya imagen idealizaba el ágora griega en la que los ciudadanos compartían libremente tiempo de intercambio conversacional. La hiperactividad, en cambio, es una imposición del régimen de la ve- locidad, que definiera tan lucidamente Paul Virilio hace décadas, porque la hiperactividad es una consecuencia de la contracción del tiempo. Hacer más, se trata de hacer más en menos tiempo, por- que el tiempo se acaba y hay mucho por hacer, quiero rescatar esa frase hacer más en menos tiempo, porque el tiempo se acaba y hay mucho por hacer. La experiencia del teletrabajo que hemos vivido en este tiempo es un gran ejemplo de esto que estoy planteando. El deseo mismo se torna velocidad, sus objetos se tornan fuga- ces e intercambiables porque de lo que se trata de realizar antes que de desear, realizar antes que imaginar, y un objeto da lugar al siguiente. Si el tiempo acelerado gobierna nuestras relaciones humanas, entonces no es raro encontrar esta hiperactividad en los nuevos modos de comunicación de las llamadas redes sociales, en las que la velocidad de la información alimenta nuestra ansía de novedad. Importa menos lo que se expresa que la expectativa de recibir un nuevo mensaje, de este modo la metáfora de estar en movimiento se constituye en lo deseable, en el fin y objetivo de una experiencia. Actuar es estar en movimiento, el mundo se mueve a gran veloci- dad, las noticias se desplazan, las tecnologías avanzan, la huma- nidad evoluciona, todas estas imágenes hablan de este horizonte hiperactivo en el cual se desarrolla nuestra vida cotidiana. Toda esta nueva situación epocal que he descrito, plantea sin duda un sin fin de interrogantes, especialmente acerca del lugar de 140 141 LA VEJEZ EN CONTEXTO DE TRANSFORMACIONES GLOBALES: DESAFÍOS ÉTICOS TRANSDISCIPLINARIOS

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=