80 años de un viaje: Teatro Nacional Chileno 1941-2021
80 AÑOS DE UN VIAJE Teatro Nacional Chileno 1941- 2021 Configuración de un teatro chileno y de un medio local. Si pensamos al Teatro Experimental como parte de un contexto y de un proceso social, una de las cuestiones interesantes es su lugar en la generación de un teatro chileno, así como de un medio teatral local. La modernización del teatro, encabezada por el Experimental, sematerializa en la fundación de otras compañías teatrales de similares intereses estéticos y creativos. Al ya señalado surgimiento en 1943 del Teatro de Ensayo de la Universidad Católica y en 1945 el del Teatro de la Universidad de Concepción, en 1955 se suma un grupo de estudiantes de la escuela de teatro de la UC que abandona la carrera para fundar la compañía ICTUS. Si bien los guiaba la necesidad de distanciarse de los teatros universitarios, la búsqueda de un lenguaje propio, el ánimo modernizador y la vocación por lo contemporáneo hacen parte de un ímpetu similar al de sus antecesores. En 1958 se funda el TEKNOS, Teatro de la Universidad Técnica del Estado, que asume con especial fuerza la tarea de difundir el teatro hasta en los más remotos lugares de Chile. Hacia el final de la década son varias las compañías que funcionando de manera independiente, desarrollan un trabajo heredero de los impulsos iniciales del Experimental. Es claro entonces que la época es testigo de un acelerado desarrollo creativo y de experimentación, la escena local se vuelve más poblada, su actividad se multiplica, se amplía la oferta teatral a nivel estilístico y temático. Dicho movimiento rinde frutos que serán visibles en un mediano plazo. En el año 1939, Pedro de la Barra afirma: “Si no tenemos tradición teatral, estructuremos una. 1 ”, 1 Pedro de la Barra, “Prologo” La Feria , Santiago de Chile, 1939 en; Pradenas, Luis. Teatro en Chile. Huellas y trayectorias. Siglos XVI-XX . Santiago de Chile: LOM, 2006. p. 315 expresando plena conciencia de estar construyendo con escasos referentes. Pasados 19 años, el dramaturgo Luis Alberto Heiremans declara: “Hoy día se puede hablar de teatro chileno. Antes ello era un mito. Es una especie de círculo perfecto: el movimiento crea el dramaturgo, y a su vez el dramaturgo justifica el movimiento 2 ”. Las auspiciosas palabras de Heiremans ponen de relieve la relación estrecha que se desarrolla en este periodo entre las compañías y los dramaturgos. El trabajo inaugurado por el Teatro Experimental en relación a la dramaturgia resulta valioso precisamente en tanto aporta la generación de una voz local que se va configurando a base de trabajo y del afianzamiento de la relación entre la escritura y la práctica teatral. La incorporación de los autores a los procesos creativos, el constante diálogo entre estos, los directores y diseñadores hace que efectivamente se desarrolle una dramaturgia y una escena chilena que se hará más sólida con el pasar de los años. Y por supuesto este fenómeno no es privativo del Teatro Experimental, se trata de un impulso que atraviesa a buena parte de las compañías del nuevo teatro, los grupos establecen lazos fructíferos con escritores, generando redes de trabajo que se extienden más allá de las instituciones involucradas. Así uno de los objetivos que el Experimental se autoimpone al iniciar su proceso, puede considerarse bien encaminado y dando importantes frutos al cabo de 20 años. Comenzando los años 60 no solo hay autores chilenos, se perfila ya un teatro local, uno que busca encajar el pasado y el presente desde una mirada crítica y reflexiva. 2 Luis Alberto Heiremans. “La creación personal y el trabajo en equipo en la drama- turgia chilena actual”, Atenea n 380/381, Concepción; en Pradenas, Luis. Teatro en Chile. Huellas y trayectorias. Siglos XVI-XX. Santiago de Chile: LOM, 2006. p. 328. Loanteriornoesprivativodeladramaturgia,unaspectoalgo más abstracto pero no menos importante se encuentra en los años 60 en pleno desarrollo, se trata de la conformación de un medio teatral. También podríamos referirlo como una escena nacional, lo que implica un panorama amplio y variado de trabajos escénicos, sucediendo simultáneamente, enfocado a líneas de trabajos diversas dando cuenta de estéticas divergentes pero que hacen parte de un mismo momento del desarrollo cultural del país. Es entonces que resulta central comprender la labor del Teatro Experimental no como la de un ente centrado exclusivamente en sus trabajos escénicos y creativos, sino que también se debe entender este trabajo como uno que irradia hacia la sociedad y hace parte fundamental en la configuración de un acervo cultural nacional. Esto último no es posible realizarlo en solitario y no podría ser responsabilidad de una sola institución. Es allí que esa red de teatristas y sus relaciones estéticas, políticas, creativas e incluso amistosas, se vuelve central. Si comprendemos la labor del Experimental como parte importante e incluso impulsora de dicha red, comprendemos de mejor manera la importancia de este teatro en la historia cultural del país. Y es esto justamente algo que nos habla ya de una madurez y de la instalación de un grupo o compañía que a 20 años de su fundación se ha constituido cabalmente en una institución. Si nos centramos ahora en el trabajo artístico del Experimental, es posible reconocer en sus programaciones y en su funcionamiento un desarrollo estético que también apunta a esa construcción de un corpus teatral chileno, a una puesta en escena y a una tradición teatral nacional. Desde sus inicios, la compañía pone especial atención a lo que será su repertorio, anunciando la pretensión de fomentar la dramaturgia nacional y de dar a conocer 95
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