80 años de un viaje: Teatro Nacional Chileno 1941-2021

80 AÑOS DE UN VIAJE Teatro Nacional Chileno 1941- 2021 Se va revelando la presencia de otros personajes más ocultos, hablo de los maquilladores, tramoyas y modistas que gracias a la activación de la memoria de los actuales integrantes del TNCH, logran emerger de las antiguas fotografías y documentos para recuperar sus nombres e imagen. Hablamos de Delfina Chaparro, quien confeccionaba el vestuario, o Juan Cruz, el maquillador, ambos acompañarían a varias generaciones de actores y actrices. Un hallazgo más anecdótico, pero que no quiero dejar de mencionar, son tres registros fotográficos de unos dibujos realizados por Milein Cosman (1921 – 2017), artista alemana radicada en Inglaterra, quien desarrolló su obra retratando a otros artistas a lo ancho del mundo mientras estos estaban en acción. Puedo imaginar que en su paso por Chile, en la década de los 50, se conectó con la escena local y conoció a los integrantes del Teatro Experimental, donde inmortalizó a Pedro de la Barra. Al día de hoy desconozco el paradero de estos dibujos, por ahora solo pueden ser consultados en los tres negativos resguardados en el Archivo Central Andrés Bello y es precisamente en este contexto en que vislumbro el valor de los acervos documentales e iconográficos por cuanto toman gran importancia y enriquecen los momentos, recuerdos y espacios al activar la memoria. La propuesta visual del libro trascurre a través de una línea de tiempo que a ratos se detiene para hacer foco sobre algunas obras emblemáticas, de esta forma, con todos estos antecedentes sobre la mesa, es que el diseño de este libro revisiona los 80 años del TNCH a través de la producción visual y colateral a las propias obras, como son los registros fotográficos y propuestas gráficas de programas y afiches, esto último con el fin de evidenciar una herencia visual y labor gráfica que se desarrollo en el siglo XX. Muchos de estos materiales fueron eliminados durante la última dictadura, pero los que quedaron, son un testimonio visual que vuelven a ver la luz y nos hablan de líneas estéticas de la historia gráfica del país, un tema que a mi parecer es fundamental para que nuevas generaciones puedan leer y comprender ese lenguaje, pudiendo conectar con esa memoria visual. Conocer a Guillermo Ganga en su sala de trabajo, ubicada en el propio Teatro Antonio Varas, fue fundamental para impregnar de sentido el desarrollo visual de este libro. Ganga, hoy jubilado, realizó cientos de proyectos gráficos para el teatro hasta el último día de 2021; sus trabajos aún se encuentran dispuestos en todos los rincones de su oficina-taller, lo que habla de una entrega personal como artista y funcionario, de una búsqueda incansable por desarrollar una estética propia y por llevar su arte al espacio público. Un segundo elemento visual que entreteje este libro es la fotografía teatral. El archivo fotográfico que resguarda CIP da cuenta de la labor de varios autores y autoras, a quienes se les encomendó la tarea de inmortalizar la puesta enescena de las obras. Encontramos renombrados ejecutores de este oficio con sus propias trayectorias artísticas tales como René Combeau, Antonio Quintana, Carlos Agurto, Luis Poirot, CarmenOssa, que entre otros y otras realizadores vienen a contribuir en la construcción de un imaginario cultural, social y político anclado a la historia del Teatro Nacional y de la Universidad de Chile. Tanto el archivo fotográfico del Archivo Central Andrés Bello como del Teatro Nacional Chileno nos permiten conocer y percibir que la disciplina de la fotografía toma un rol trascendente por ser un testigo directo del montaje y de la representación de la obra. Resulta ser que no tan solo se trata de registros casuales de las escenas, sino más bien son construcciones escenográficas que limitan con la escena del cine, apoyado por la composición, iluminación y gestualidad de los elencos. Vemos encuadres en primeros planos, desenfoques, secuencias y expresiones corporales, evidenciándose una construcción visual que va quedando fijada en la memoria, como la imagen icónica de Fuenteovejuna en la portada de este libro. Solo me queda concluir que dicho repertorio esbozado en este libro abre las puertas para hacer un estudio acabado de la historia de la fotografía del teatro en Chile y de sus autores. Finalmente les comparto el trabajo realizado junto al equipo del Tearo Nacional Chileno, que en un proceso de levantamiento de materiales, logramos permear en estas páginas algo de la escencia de quienes nos antecedieron y pusieron su arte al servicio de la creación y el público, una historia que se inicia hace 80 años en la Sala 13 de la Casa Central de la Universidad de Chile y que paradójicamente cierra el montaje de este libro con su propia representación en la obra Sala 13 en cartelera de 2021-2022. 19

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