80 años de un viaje: Teatro Nacional Chileno 1941-2021
80 AÑOS DE UN VIAJE Teatro Nacional Chileno 1941- 2021 creer, y en este sentido podríamos aventurar una periodización de este proceso de refundación en tres grandes fases: 1. 1974-1983 que es la constitución simbólica del teatro como espacio de promoción de los valores patrios, se mantiene el rol del Estado como garante de la actividad artística, se refunda legalmente la compañía. Luego de un breve período de transición el actor Hernán Letelier es nombrado Director del flamante TNCH cargo que realiza hasta el año 1983. En términos generales la política de repertorio tendió a mantenerse durante todo este período: una obra moderna extranjera, un clásico y una obra chilena (Hurtado y Ochsenius, 21). Sin embargo, los criterios de selección se modificaron rotundamente. En primer lugar, las obras chilenas y en general las obras programadas evitan cualquier alusión a la realidad. De hecho, en las temporadas del 1974al 1977 sólo semontaráunautor nacional: La fantástica isla de los casi animales (1975) de Jaime Silva y en tono más bien de obra infantil. El resto de los montajes de la llamada Compañía Nacional de Teatro fueron: Rosencrantz y Guildenstern han muerto de Tom Stoppard y Bodas de Sangre de García Lorca, ambas estrenadas ese 1974. El año siguiente Las alegres comadres de Windsor de William Shakespeare será la primera obra de la temporada 1975 a la que le seguirá el montaje de la obra de Jaime Silva ya citado. El año 1976 se estrena Orfeo y el Desodorante de José Ricardo Morales y Don Juan Tenorio de Zorrilla. El año 1977 Las Mocedades del Cid, de Guillén de Castro. Cabe preguntarse cómo se entiende en estos casos la diferencia entre clásico y moderno. Es importante recalcar que Domingo Tessier era uno de los fundadores del Teatro Experimental en 1941 y de alguna manera su mirada como director es retornar a ese origen. De este modo la presencia de García Lorca sorprende, por un lado, pero por otro es plenamente consistente con esta cita al espíritu original. Recordemos la importancia que tuvo la visita de Margarita Xirgú, actriz de la Barraca en la década de los 30 y 40 como “musa inspiradora” de los padres fundadores. Por otra parte, destaca la presencia de una obra de José Ricardo Morales, un gran autor español pero avecindado en Chile que fue también uno de los padres fundadores del Teatro Experimental. Con la llegada de Hernán Letelier comenzamos a apreciar la consolidación del proceso refundacional. Reaparecen las obras de autores chilenos, pero con temáticas acordes a las de un “teatro patriótico, de rescate histórico de la época de la independencia (que se asimila a la “segunda independencia” acaecida en 1973)…” (Hurtado y Ochsenius, 29). El listado de estrenos de este período es extenso, y en él no solo se va evidenciando la óptica tradicionalista de la selección sino también como se van reduciendo los financiamientos. Veamos: Estrenos de 1978: Rancagua 1814 de Fernando Cuadra (obra chilena patriótica); El Mercader de Venecia de Shakespeare (obra clásica), Navidad en el Circo de Luis Alberto Heiremans (una excepción pues corresponde a obra nacional). Estrenos 1979: Martin Rivas de Santiago del Campo (obra chilena patriótica) La Casa de Bernarda Alba de García Lorca (¿acaso la obra clásica?) Cyrano de Bergerac de Edmond Rostand (¿acaso la obra moderna?). Estrenos 1980: El ideal de un Calavera (la obra patriótica) y Hotel Paradise de George Feydeau (la obra moderna). Estrenos 1981, que coincide con la celebración de los 40 años del Teatro: Lysistrata de Aristófanes, acaso el clásico correspondiente al año anterior; Otelo de Shakespeare: el clásico correspondiente a los 40 años. 173
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