Para que nadie quede atrás [segunda edición ampliada]

40 visión mexicana, en el noticiero 24 Horas conducido por Jacobo Zabludovsky. “Inmediatamente se destacó como la mejor corresponsal al entre- vistar a muchas personalidades, como el Rey Hussein de Jordania, a los presidentes egipcios Anwar el Sadat y Hosni Mubarak, a toda la plana de la Organización para la Liberación Palestina (OLP) inclui- do Yasser Arafat, a los presidentes libaneses y a todos los políticos israelíes destacados. Pero no sólo se desenvolvió como periodista de primera en el mundo político. También entrevistó a la Madre Teresa de Calcutta “Pusimos una compañía productora de noticias en el Medio Orien- te y nos fue muy bien económicamente. Viajamos para hacer re- portajes especiales a Marruecos, Chipre, Jordania y Egipto, hici- mos reportajes sobre la moda en Francia y entrevistó al Secretario General de la ONU en New York. “Trabajó con colaboraciones escritas para dos periódicos mexica- nos ya desaparecidos: Novedades y después El Heraldo. “Recibió el Premio Nacional de Periodismo de México en 1985. A partir de 1998 trabajamos para Organización Radio TV Fórmula en México, también de la familia Azcárraga, como Televisa. Érica cubrió la guerra del Líbano en 1982 y después cubrimos juntas el retiro del ejército israelí del sur libanés en 1985, la Primera Guerra del Golfo Pérsico en 1991 y las dos Intifadas. “Viajamos a donde quisimos y disfrutamos de todo lo bueno que la vida puso a nuestra disposición. Estuvimos en Chile enmarzo-abril del 2007. Fue la única vez que Érica regresó a su país, principal- mente para visitar a Patricia Verdugo que ya estaba muy enferma del cáncer que la destruyó. “En noviembre de ese mismo año nos encontramos con mis padres en París para asistir a un concierto de Charles Aznavour al que el mismo Aznavour nos invitó. “En octubre del 2008 viajamos a Houston para estar junto a mi pa- dre, gravemente enfermo, más bien para despedirnos de él, y al re- gresar a Israel en noviembre Érica empezó a sentirse cansada pero seguía trabajando y con la cabeza muy lúcida y brillante. “Al año siguiente enfermó de pulmonía y así empezó la disminu- ción gradual de sus fuerzas. No quiso volver a salir a la calle para que los vecinos no vieran «la degradación de su cuerpo», como ella misma decía. El último viaje lo hicimos a París en junio del 2010 y allí sí aceptó ir en silla de ruedas y con el concentrador de oxígeno portátil que aliviaba su enfisema. “La mala relación con su hija Mariana le minó la salud no sólo f í- sica sino emocionalmente, toda su vida. Mariana se casó con un israelí y tiene una hija que se llama Jenny. La nieta Jenny tiene 20 años, ya terminó su servicio en el ejército israelí y en octubre de 2011 empezaba los estudios universitarios. Quiere ser periodista, cosa que llenaba de orgullo a Érica. “Lo que sí puedo decir con certeza es que Érica tuvo una vida ple- na, muy dif ícil pero llena de logros y éxitos. Todo aquel que la co- nocía se quedaba muy impactado con su arrolladora personalidad”. Érica cruzó las fronteras en la tierra y al final, agotada, se elevó por sobre ella para descansar en paz. Érica en su casa en México.

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