Pandemia y crisis: desafíos para las Ciencias Sociales
62 – pandemia y crisis desafíos para las ciencias sociales periencias de trauma e historia familiar y/o personal con diagnósticos previos de trastornos emocionales. Dicha vulnerabilidad supone además una dificultad para responder adecuadamente a señales de seguridad, o aquellas que indican que una amenaza es poco probable, generalizando y prolongando la respuesta de miedo y ansiedad a diferentes contextos espacio-temporales. En el contexto de la pandemia, donde la amenaza existente es la efectiva posibilidad de contagiarse y morir, individuos con propensión ansiosa terminan comportándose de manera desadaptativa, lo que puede significar poner en riesgo su salud y la de otros. En ciertos casos, algunas personas pueden tener episodios en los cuales confunden sensaciones corporales con síntomas de estar “infecta- dos” (e.g., sentir deseos de toser luego de haber sacudido el polvo de los muebles de la casa, puede malinterpretarse como un signo inequívoco de que la persona ha sido infectada con el virus). Dichas conductas pueden llevar a las personas a auto medicarse o visitar centros médicos buscando diagnosticar sus síntomas (e.g., Asmundson &Taylor, 2020; Coelho et al., 2020; Schimmenti et al., 2020). En efecto, es habitual que tales síntomas no correspondan a la enfermedad que piensan tener y terminan contribuyendo al colapso de las redes de salud. Esto ya ha ocurrido en otros episodios epidémicos como lo fue la gripe AH1N1, lo que ha servido para anticipar y preparar a los recintos de salud ante este tipo de consultas. En estos mismos casos se ha observado que las personas pueden llevar su ansiedad por la salud al punto de terminar lastimándose como, por ejemplo, cuando el lavado de manos es excesivo, puede tener como consecuencia erosio- nes en la piel. El extremar las conductas de cuidado puede llevar a un aislamiento físico estricto para evitar contagiarse, lo que podría culminar en un alejamiento de los círculos de apoyo (Asmundson & Taylor, 2020). Entre los problemas que ha ocasionado el Covid-19 se ha visto, por ejemplo, que distintas características personales e idiosincráticas han hecho que personas sean más vulnerables o susceptibles a creer información falsa sobre la enferme- dad o el cuidado. A inicios de la pandemia, en marzo de 2020, un tercio de una muestra —de otra latitud— reportó creer que el Covid-19 era un arma biológica creada por el gobierno chino (Romer & Jamieson, 2020). Esta actitud se traduce en conductas que pueden empeorar el problema de salud; por ejemplo, aque- llos que creen en teorías conspirativas, usan mascarillas y se lavan las manos con menor probabilidad y son más reluctantes a vacunarse (e.g., Roozenbeek et al., 2020). Diferencias individuales y contextuales también afectan la susceptibilidad de las personas a las noticias falsas. Por ejemplo: la información falsa es más creí- ble cuando es fácil de escuchar o cuando es coherente con una lógica interna
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