Pandemia y crisis: desafíos para las Ciencias Sociales
La crisis en la crisis ¿La educación a dónde? – 47 les. Al respecto nos señalan que “ No hay espacios en la escuela, todos los espacios están ocupados por la virtualidad y trasladados a las casas. Se diluyen las horas y el espacio escuela, siempre se está dentro de la casa ”. Cabría preguntarse, ¿no estaremos presenciando el fin de la institución educativa tradicional, estructuralmente burocrática, jerárquica, en sintonía con una sociedad industrial, pero ahora sobrepasada por el mundo globalizado, en porfiada resistencia a múltiples presiones y frente a una creciente deslegitima- ción? ¿Podría llegar a constituir una nueva realidad virtual de posibles inéditas consecuencias para los sistemas educativos como los conocemos hoy? Se infiere la tensión representada en el discurso, ante la vivencia de la modalidad virtual como ausencia de separación del tiempo-espacio vital y laboral. Emerge como un problema de investigación relevante el comprender las consecuencias e impacto que genera esta coexistencia entre el espacio escolar y el espacio doméstico. Ten- sión que estaría alterando esas subjetividades, a partir del cambio de las formas de interacción y vinculación entre sujetos, donde la clásica relación “cara a cara” da paso a rostros enmarcados en una pantalla con la opción de no mostrar la ima- gen. En síntesis: “Cambia la interacción profesor-alumno, es difícil no conocerse”. En referencia a estas nuevas formas de relacionarse, una estudiante de Peda- gogía señala que ”lo más difícil para mí era no conocer a niños y niñas cuando estoy en práctica, como que los tengo que imaginar “, discurso que insinúa una tensión al hablar de expresión de dificultad en referencia a un aspecto básico como es el conocimiento de niños y niñas a quienes habría que imaginar, implicando un esfuerzo de imaginación que probablemente devela inseguridad y un desafío de innovación para la formación inicial de los futuros profesores/as. Se observan subjetividades alteradas por la percepción de profundos cam- bios culturales, construcciones simbólicas que probablemente reúnen en con- fluencia representaciones de transformaciones inéditas, culturales, sociales, psi- cológicas, un mundo para explorar. Como actores partícipes de un período sociohistórico, caracterizado por nuevas exigencias hacia la acción docente, los actores educativos reiteran y en- fatizan su posición crítica a la brecha digital y su impacto en desigualdad y dis- criminación. Muchos estudiantes señalan “es difícil convivir en espacios reducidos y conectarnos en medio de las actividades y de padres y hermanos”; a su vez los profesores declaran: “Creo que esta brecha digital encierra una gran discrimina- ción”, “Me di cuenta de la tremenda desigualdad cuando tuve que ir entregar guías a estudiantes que no se habían cont actado y vivían en condiciones deplorables” . Estos testimonios muestran las fracturas presentes en esta modalidad virtual y como estas incrementan la crisis, en cuanto son percibidas por profesores en
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