Pandemia y crisis: desafíos para las Ciencias Sociales
252 – pandemia y crisis desafíos para las ciencias sociales para indagar las condiciones en las que estaban les estudiantes, las actividades realizadas durante los meses de confinamiento y sus expectativas sobre el regreso a las clases presenciales al término de la cuarentena. Tras ello, se propuso que elles narraran su experiencia durante la cuarentena a través de relatos. Para ello sugerimos a la docente ejemplificar el proceso de producción de relatos a través de la lectura de la poesía rimada “¿Quién tiene coronita?” (Da- marco & Ravecca, 2020). Tras ello, les niñes escribieron diversas narraciones en un período de dos semanas lectivas y le enviaron a la docente con ayuda de las progenitoras con mensajes escritos de WhatsApp con sus correspondientes emo- jis y fotografías de sus cuadernos con manuscritos y dibujos. Luego de nuestra lectura, transcripción y edición, diseñamos un blog con estos productos para su socialización al interior del curso. Tanto en las clases como en la escritura de narraciones participaron 17 estudiantes, 10 niños y 7 niñas, entre 12 y 14 años. Para la investigación inicial contamos con la aprobación del Comité de Ética correspondiente. Para efectos del presente trabajo, consideramos las transcripciones de las producciones manuscritas. La sistematización se apoyó con el software Atlas Ti 8. El análisis nos permitió conocer la elaboración que les niñes realizan de esta experiencia a través de cuatro ejes que se desarrollarán a continuación: posición de habla; el Covid-19 como acontecimiento; vida cotidiana en pandemia; y for- mas de enfrentar el virus. Resultados a. Entre la crónica y la ficción. Posiciones de habla Les niñes usan distintas posiciones de habla para contar sus experiencias de pan- demia. Lo hacen desde la primera persona como cronistas de lo que ocurre a nivel país, en sus barrios o espacios del hogar, permitiéndoles comunicar lo observado y vivenciado: “Un día estaba en la casa con mi familia y…” (Ma- riana 2 , 12 años). También se aprecia el uso de la tercera persona con personajes infantiles imaginades que coinciden con sus propios géneros, edades e intereses: “Josefa era una niña de 10 años y le encantaba ir al colegio y juntarse con sus ami- gos” (Daniela, 12 años). Los niños suelen utilizar sus propios nombres situán- dose como protagonistas de la historia en tanto héroes que enfrentan el virus y enseñan a otres sobre los cuidados para evitar contraerlo: “Un examen dio posi- tivo a todos con Covid 19, menos a Bernardo. Ante eso él festejaba” (Bernardo, 2 Los nombres de les participantes fueron modificados.
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