Pandemia y crisis: desafíos para las Ciencias Sociales

250 – pandemia y crisis desafíos para las ciencias sociales experiencia de la pandemia y cómo gracias a la construcción de un dispositivo de escritura logran registrar e historizar un evento que ha modificado diversos aspectos de su existencia cotidiana. Vida cotidiana, irrupción de lo desconocido y narración La vida cotidiana alude al “mundo próximo” (Heller, 1970) donde concretamen- te se configura la forma y modo de vida. La cotidianidad se va estableciendo des- de las acciones y relaciones con otres, produciendo y reproduciendo objetivacio- nes que se comprenden como incuestionables y que posibilitan movilizarse en el espacio y tiempo inmediato (Berger & Luckmann, 2005). Así, somos individuos arrojades a un mundo ya existente, dejándonos llevar por rutinas que operan en base a certezas que posibilitan distinguir nuevos escenarios y decidir nuestras acciones (Lechner, 1990). Sin embargo, hay situaciones donde las certezas dejan de serlo. Un aconte- cimiento disruptivo cuestiona la plausibilidad de las estructuras y su funciona- miento (Reguillo, 2005), interroga los espacios-tiempos, las socialidades y los saberes que hasta dicho momento eran cotidianos, requiriendo dotar al mundo nuevamente de sentido. Este acontecimiento exige explicitar lo que sucede (Re- yes, 2016) siendo el uso del lenguaje una forma de poner en orden, objetivar, e incluso generar nuevos incuestionables que favorezcan la generación de cotidia- nidad. Relatarnos a nosotres mismes y a les otres la experiencia disruptiva, permi- te configurar marcas en el tiempo, generar una trama de lo acontecido, y con ello elaborarla (Ricouer, 2008). Contar la experiencia implica estar situades en el tiempo y por lo tanto con capacidad de historizar lo que nos ocurre y lo que vivenciamos en el contacto con les otres. Narrar supone estructurar una historia, conocer sus elementos y tener la habilidad de transmitirla (Whiterell, 1998). Si las experiencias extrañas provocan incertidumbre, la narración ayuda a mediar el desconcierto articulando aspectos racionales y emocionales, historio- gráficos e imaginativos, lo social y lo privado (García, 2015). En el caso de les niñes la narración permite abordar temas difíciles (Damico & Amol, 2008), tra- mitar lo desconcertante u ominoso, habilitando la apropiación de la experiencia, “abrir los ojos”, como un atajo ante temas conflictivos e imaginar y construir un mundo en otro lugar (Kairuz, 2020). Apropiaciones de lo desconcertante han sido documentadas gracias a diver- sas narraciones que les niñes nos han legado en condiciones de emergencia social.

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