Pandemia y crisis: desafíos para las Ciencias Sociales
Situación económico-social de los migrantes latinoamericanos y del Caribe – 239 tipo de previsión formal de salud, comparado con menos de un 2% de los na- cionales. La población migrante beneficiaria de Fonasa a diciembre 2020 llegó a 1.076.909 (un 6,2% más que en 2019), constituyendo un 7% del total de benefi- ciarios. También hay brechas de aceptabilidad y de trato en la atención directa de salud. Es decir, aquellos que logran superar esta primera barrera, se ven enfrenta- dos a desafíos relacionados a la comprensión de cómo “navegar” en el complejo sistema de salud chileno, junto al trato que reciben. A octubre de 2020, el 7,4% de los casos de contagio de Covid-19 fueron personas migrantes, lo que se asocia con la última estimación de población extranjera a diciembre 2019, en la que representaban alrededor de un 7.8% de la población (SJM, 2020). Hay que destacar que, en las últimas dos décadas, ha habido importantes modificaciones en el área de la salud primaria que han permitido mejorar la si- tuación de los extranjeros que llegan a nuestro país. Desde el año 2008 y median- te Resolución Exenta se aprobó un convenio de colaboración entre el Ministerio de Salud y el Ministerio del Interior y Seguridad Pública con el fin de propor- cionar a todos los niños, niñas y adolescentes menores de 18 años migrantes, una completa atención en los establecimientos de la red pública de salud en igualdad de condiciones que sus pares chilenos, con independencia de su situación mi- gratoria y la de sus padres, tutores o representantes legales. Lo anterior, también les faculta a inscribir a los niños, niñas y adolescentes menores de 18 años que se encuentren en condición migratoria irregular, en los establecimientos de aten- ción primaria correspondientes a su domicilio, pudiendo solicitar un permiso de residencia temporaria con el certificado que acredite esta inscripción (Monaste- rio, 2020). Desde el año 2015, se faculta dar acceso a todas las prestaciones de atención primaria de salud a los migrantes irregulares hasta los 18 años, en casos ambula- torios, de urgencia, así como la incorporación a las políticas públicas de vacunas, tratamientos anticonceptivos y de enfermedades de transmisión sexual. En ese mismo año, se realizó también una modificación en los beneficiarios del tramo A de FONASA, incorporando a las personas que carecieran de residencia regular o visa, de modo que su situación irregular dejaba de ser un obstáculo para para acceder a la atención sanitaria en calidad de indigente o carente de recursos, de la misma forma como un chileno. Además, se crea el programa de Acceso a la Aten- ción de Salud a Personas Inmigrantes para establecimientos de atención primaria de salud, con una cobertura inicial de 11 comunas, 5 de las cuales pasan a ser parte del Plan Piloto de Inmigrantes. El programa buscaba desarrollar estrategias dentro del modelo de atención que permitieran superar las barreras de acceso a la atención, promoción y prevención de la salud que afecta a la población inmi-
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