Pandemia y crisis: desafíos para las Ciencias Sociales

Acciones comunitarias de cuidado en el contexto de la crisis sociosanitaria – 211 que lo pone en riesgo de ser devastado, y se exige inmunización. A este peligro responde la defensa de lo inmune” (p.13). Lo común, para Esposito, se opone a la triada de: lo propio, lo privado y lo inmune. Así plantea que “Lo común no es lo público –que se opone dialéctica- mente a lo privado– ni es lo global, que se corresponde en cambio con lo local. Es algo largamente desconocido, y también refractario a nuestras categorías con- ceptuales organizadas desde hace mucho por el aparato general inmunitario.” (Esposito, 2012, p.114). Desde esta reflexión, lo común como condición de nuestros modos de exis- tencia, requiere un análisis en espacios y condiciones particulares. No todo lo que pasa en Chile es común, aunque se comparta el hecho de habitar un territo- rio en el que la falta de salud (y falta de sobrevivencia) es la posibilidad amena- zante. Se nos protege aparentemente de manera institucional con cuarentenas. Pero este exceso de seguridad también nos sacrifica. Frente a la imposibilidad de sobrevivencia nacen comunidades particulares que buscamos aquí afirmar. Caffentzis y Federici (2015) escriben sobre la condición de los comunes. Para las autoras “la historia nos demuestra que ‘producir común’ es el principio mediante el cual los seres humanos han organizado su existencia durante miles de años” (p.55) en espacios y con lógicas distintas a las individuales o privadas. Y continúan advirtiendo que “no sólo ha habido comunes desde hace miles de años, sino que aún conservamos elementos de una sociedad basada en ellos, aun- que estén bajo asedio constante, ya que el desarrollo capitalista requiere la des- trucción de propiedades y relaciones comunales” (p. 56). Al igual que Esposito (2012), Caffentzis y Federici (2015) oponen la catego- ría de lo común a lo privado y lo público, al mercado y al Estado. Las autoras ex- plican cómo lo común está desapareciendo en manos del capitalismo y advierten que en la literatura comienza a ser cada vez más atractivo porque “su desapari- ción expande nuestra consciencia de su existencia, de su importancia y aumenta nuestro deseo de conocer más al respecto.” (p.57). Quizás es en esta línea que nuestra propuesta toma importancia, en tanto se busca caracterizar aquello que parece estar perdiéndose. Sin embargo, las condi- ciones del capitalismo, en términos de Esposito, están generando faltas comu- nes, una reciprocidad necesaria y comunidades en resistencia a las carencias que el capitalismo tardío ha traído. Y es que, como explican las autoras, “en estos tiempos de crisis permanente y ataques continuos a los empleos, los salarios y los espacios sociales, la construcción de comunes –tales como bancos de tiempo, jardines urbanos, agricultura sostenida por la comunidad, cooperativas de ali- mentos, monedas locales, licencias Creative Commons o trueques– representa

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