Pandemia y crisis: desafíos para las Ciencias Sociales
192 – pandemia y crisis desafíos para las ciencias sociales con la revuelta popular. A partir de marzo de 2020 en Chile cristalizó una triple crisis donde confluyeron: 1.- la crisis político-social del bloque en el poder, 2.- la dificultad de la economía de crecer por sobre el 3% impactando en la crónica desigualdad económica del país y 3.- la crisis sanitaria debido a la pandemia que obligó al gobierno a disminuir la actividad económica. Con la pandemia, el desempleo alcanzó niveles históricos, con un peak de 13,1% en julio de 2020, y crecimiento económico de menos del 1% el 2020, com- plejizando un escenario de búsqueda del Trabajo Decente -empleos suficientes, remuneración adecuada, seguridad en el trabajo y condiciones laborales salubres (Ghai, 2008)-, aunque este problema precede a la emergencia sanitaria, pues el escenario de los derechos del trabajo en Chile estaba ya muy precarizado 7 . En este escenario de pandemia y crisis, indagar en las políticas activas de empleo, especialmente en la forma en que las OMIL han respondido a las nece- sidades del trabajo, es relevante para dimensionar las posibilidades y limitaciones que han tenido para enfrentar esta emergencia. Empleo y capacitación municipal: panorama actual de las OMIL a nivel nacional Para entender el rol de las OMIL en la intermediación laboral a nivel local, es necesario indagar en la cantidad y distribución a nivel nacional, así como en la evolución de algunos datos municipales en torno al empleo y capacitación. Existen 320 OMIL a lo largo de Chile, las cuales se distribuyen de manera desigual por el territorio. De estas, 51 se concentran en la Región Metropolitana, un 15,9% del total, convirtiéndola en la región con más OMIL y una de las más importantes respecto a la cantidad de contratación y capacitación municipal. 7 El 2019 el 50% de los trabajadores (2.399.321 personas) recibía ingresos iguales o inferiores a $401.000 (bajo la línea de la pobreza por ingresos para una familia de cuatro personas, i. e. $445.042). El 50% de quienes trabajan en empresas privadas recibían salarios iguales o infe- riores a $420.000 y un 17,2% de trabajadores, que en los hechos dependían de un empleador, no contaban con contrato de trabajo escrito, cotizaciones, ni seguro de cesantía (Durán & Kre- merman, 2020).
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