Pandemia y crisis: desafíos para las Ciencias Sociales
176 – pandemia y crisis desafíos para las ciencias sociales te, el sistema visto de manera estructural, deja la responsabilidad en el individuo -en este caso nosotras como mujeres trabajadoras- al decirte de alguna manera: te tienes que cuidar, tienes que cuidar y debes trabajar con éxito y excelencia. El efecto inmediato que vemos en muchas de nosotras es obvio: estrés, cansancio físico, mental, ansiedad, burnout, rabia (Madre académica, un hijo de 7 años, Chile). “Llega la llamada temida del jardín infantil. Por segunda vez desde que manda- mos a M de vuelta a su escuela, nos llaman para informar que uno de sus compa- ñeros de sala ha salido positivo para COVID-19. Acabamos de adaptarnos a esta nueva normalidad, y viene otra disrupción a la rutina (Madre académica, una hija de 3 años, Estados Unidos) Las medidas tomadas por los gobiernos llevaron a que las madres-acadé- micas tuvieran que reorganizar su trabajo y desarrollar nuevas estrategias para desempeñarse en sus labores. Algunas de estas estrategias se observan en los si- guientes fragmentos de narrativas que pasan desde generar una distribución más equitativa de tareas con sus parejas —quienes contaban con ello—en el contrato de servicios externos cuando las medidas de movilidad lo permitieron, o la co- laboración con otras académicas para mantenerse en la rueda de productividad y publicaciones. En ello, como señala la siguiente cita, se extrañan los formatos de familia extendida del pasado que permitía que los cuidados no sólo recayeran de forma individual en las madres sino en un sentido colectivo de comunidad familiar o vecinal: “La sociedad asume como un implícito que son las madres las que deben estar más con el hijo. Me siento tremendamente sola. Pedí ayuda a mi familia y a algunos apoyos externos pagados pero están asustados y no quieren salir de sus casas (...) Me he dado cuenta que soy tremendamente social y que extraño pequeños gestos coti- dianos y las interacciones con las personas. Quizás en otra época cuando las familias no eran tan nucleares, sino que extendidas, los cuidados hubieran sido diferentes. Pero estamos en esta época y creo que el individualismo con esta pandemia se ha notado mucho más que las experiencias solidarias” (Madre académica, hijo de 7 años, Chile). “Por ahora, el semestre ha acabado. Mis responsabilidades de enseñanza y servicio a la universidad son reducidas. Con mi marido tomamos turnos de cuidado, y una vez que se duerme M, trabajamos hasta muy tarde. En contraste al verano, esta vez sabemos que es temporal. En unos días más, el jardín abrirá nuevamente. Me
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=