Pandemia y crisis: desafíos para las Ciencias Sociales

Tensiones y resistencias de mujeres madres-académicas en pandemia – 173 “Muchas de las reglas que tenía como madre ya las he roto. Las pantallas, por ejem- plo, anteriormente permitía solo en ocasiones especiales o en los vuelos. Ahora, se han convertido en la mejor opción para entretener a Mmientras trabajamos” (Ma- dre académica, una hija de 3 años, EE.UU ). “He visto cómo se hacen públicos aspectos que, hasta antes de la pandemia, consi- deraba privados como mi vida de pareja, el cambio de residencia o la adquisición de tal o cual mobiliario para adaptar mi hogar a las condiciones y exigencias de mi trabajo” (Madre académica, dos hijos adolescentes, Chile) Por otro lado, las tres tuvieron que cumplir con altas exigencias de produc- ción, medidas por la cantidad de publicaciones, presentaciones y exposiciones realizadas en este periodo. Las madres se desplegaron desde un lugar de cone- xión entre sus deberes académicos y sus experiencias maternales (Leigh & Bai- ley, 2013). Esto involucró balancear los tiempos e intereses familiares y laborales, como se muestra en la siguiente cita donde el trabajo doméstico y de cuidados apremiaron y dificultaron las posibilidades de producción académicas exigidas: “¿Dónde escribes? ¿A qué hora escribes? son algunas de las interrogantes que he formulado a lo largo del tiempo a las participantes de un estudio longitudinal que desarrollo. Hoy a estas preguntas debo agregar ¿cómo lo has hecho en este tiempo de pandemia? ¿qué has dejado de hacer? Intentando reconocer y visibilizar que todas las académicas-madres hemos tenido que hacer malabares para conciliar labores de cuidado de hijos (pequeños o adolescentes), con trabajo académico e investigativo. La urgencia de las tareas pendientes a nivel doméstico y laboral han hecho que el quehacer investigativo se retrase o se posponga a la espera de respuestas o mejores condiciones de producción ” (Madre académica, dos hijos adolescentes, Chile ). “Miro a algunos/as compañeros/as leyendo libros y escribiendo artículos, mientras yo no alcanzo a leer dos páginas seguidas de cualquier cosa [...] al final comenzamos a usar permisos falsos para poder mover a B. y así al menos tener a lo menos tres o dos días de la semana sin su cuidado. En ese tiempo me dedico a recuperar las tareas atrasadas de mi trabajo. La sociedad asume como un implícito que son las madres las que deben estar más con el hijo. Me siento tremendamente sola” (Madre acadé- mica, un hijo de 7 años, Chile). Al equilibrar las exigencias de producción y reproducción, sus cuerpos fue- ron visiblemente afectados. Los ideales “corporales” que se privilegian en la aca-

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