Pandemia y crisis: desafíos para las Ciencias Sociales

168 – pandemia y crisis desafíos para las ciencias sociales sentamos en este capítulo, un análisis de narrativas autobiográficas que explo- ran estas adaptaciones y ajustes como también las resistencias desarrolladas para enfrentar las dificultades que les impuso el confinamiento. En estas narrativas se condensan las interrupciones, responsabilidades y nuevos descubrimientos a través de la adaptación a las actividades académicas no presencial impulsada por el SARS-CoV-2 y las crisis sociales que esta enfermedad terminó de develar. Covid y transformaciones en el trabajo académico a nivel mundial En el primer semestre de 2020, el coronavirus (hasta ese momento Covid-19) produjo disrupciones en todo el mundo. En abril de 2020 más de 185 países cerraron sus establecimientos educativos y/o cambiado la modalidad a tele- educación, en todos los niveles incluyendo a las universidades e instituciones de educación superior (Marinoni et al., 2020). El teletrabajo fue consistente con las medidas de confinamiento total y cuarentena de las zonas geográficas donde se encuentran situadas las participantes de este estudio. En ese sentido, el trabajo remoto que ya era una modalidad aplicada para algunos ámbitos de la gestión universitaria se extendió a otras dimensiones del trabajo académico como la do- cencia de pre y postgrado y el quehacer investigativo. Las resistencias a este proceso han estado presentes desde el primer mo- mento de la pandemia, entre distintos/as agentes del ámbito universitario. Las primeras tenían que ver con las dificultades de acceso y conectividad de los/as estudiantes; pero prontamente se evidenciaron otras desigualdades inicialmente no observadas, como las diferencias de género de quienes realizan trabajo acadé- mico (Fardella, 2020; Gutiérrez, 2020). Si bien el teletrabajo ha resultado tener ciertas ventajas para la continuidad de las labores académicas —como horarios más flexibles y posibilidades de re- ducción de las tasas de contagio— la evidencia preliminar mostró temprana- mente inequidades y disparidades de género. Por ejemplo, la falta de separación entre espacios de trabajo y de familia ha resultado una dificultad para mantener los límites y seguir el ritmo de productividad académica (Carreri & Dordoni, 2020; Oleschuk, 2020). Asimismo, las madres-académicas han experimentado una triple jornada al navegar entre los deberes domésticos, el trabajo, y el cuidado de los hijos/as (Crook, 2020, Rubilar et al., 2020). Esta crisis ha conllevado una disminución en la proporción de publicaciones de mujeres durante la pandemia (Gabster et al., 2020, Malisch et al., 2020, Minello et al., 2020). Asimismo, se han visibilizado desigualdades ya existentes (Rodríguez & Tovar, 2009), en la

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