Pandemia y crisis: desafíos para las Ciencias Sociales
134 – pandemia y crisis desafíos para las ciencias sociales tanto, directivos (10,2) y profesionales (9,8) se conectan por un mayor tiempo, sobrepasando la jornada de 9 horas, mientras que auxiliares son los que menos horas se conectaron (7,2). En suma, el teletrabajo no implica necesariamente tener que realizar más trabajo o realizarlo en un menor tiempo. Al contrario, pareciera que la carga y velocidad se mantienen para una proporción considerable, en tanto el teletra- bajo opera como una reproducción del trabajo de las oficinas en el hogar, pero interfiriendo y viéndose limitado para su ejecución regular por dinámicas de cui- dados y trabajo doméstico, así como de acceso desigual a tecnologías. Son estos elementos, sumado al contexto social y emocional que produce la pandemia, lo que explicaría que similares cargas laborales requieran extender la jornada, limi- tando los tiempos de descanso posteriores a las jornadas y los fines de semana. Es de esperar que estas desigualdades producidas por los cambios en los tiempos de trabajo agudicen una serie de desigualdades de género en el trabajo, producto del desdibujamiento de la jornada y el lugar de trabajo. Por ello, en el siguiente apartado proponemos un análisis integrado de estos cambios laborales, tomando como marco general la división sexual de trabajo bajo la extensión de la modali- dad de teletrabajo. La desigual distribución del trabajo doméstico y de cuidados No es sorpresa que las mujeres dediquen más tiempo a las tareas de cuidado y de trabajo doméstico que los hombres. En promedio, las chilenas destinan 3,2 horas diarias más en estas tareas (INE, 2015), lo que ha sido justificado bajo el ar- gumento de la inactividad femenina en la fuerza de trabajo (Gómez & Jiménez, 2019). Más allá que esta idea presupone que las labores realizadas en el hogar no constituyen un trabajo, es un supuesto ampliamente refutado cuando esta divi- sión sexual del trabajo se sigue replicando en la fuerza asalariada (Brega, Durán & Sáez, 2015). Muestra de ello es que las trabajadoras del sector público recono- cen ser las principales contribuyentes en las tareas del hogar y cuidados (68,0%). La Tabla N 3 no solo muestra cómo esta cifra contrasta con los hombres que se posicionan en la misma categoría, sino que es indicativa de que para las mujeres una baja dedicación de tiempo al hogar es una realidad casi marginal. En el caso de los hombres, el hecho que una mayoría le dedique la mitad o menos tiempo al hogar implica que otra persona realiza el trabajo doméstico y de cuidados.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=