Pandemia y crisis: desafíos para las Ciencias Sociales

106 – pandemia y crisis desafíos para las ciencias sociales Dicha situación sugiere que este tipo de conocimientos son adquiridos a través de la experiencia con situaciones difíciles, pero que sin embargo podrían haber sido incorporados en un contexto educativo en el Centro de Salud Fami- liar (CESFAM). Por otro lado, sobre el conocimiento de causas y síntomas de la enferme- dad, las personas van construyendo hipótesis de sus sensaciones de malestar, que guardan relación con la historia y con el curso de manejo de la enfermedad: “P: y yo le explicaba al médico siempre lo que me pasaba. este, pudo haber sido estrés en ese entonces. E: ¿calentarse la cabeza significa que usted sentía como que…? ¿qué sensación tenía ahí? P: era demasiado caliente. y eso se me quitó, gracias a dios, porque no me gustaba. E: ¿era una sensación molesta para usted? P: sí, era un poco incómodo porque era demasiado caliente”. (Mujer, 60 años, automanejo alto). En cuanto a la alimentación, algunas personas indicaron tener conocimien- tos sobre lo que necesitan para llevar el cuidado de sus enfermedades, lo que a veces representa una complicación por la disponibilidad de productos, por la forma en la que estos deben ser consumidos y porque los alimentos prescritos no siempre coinciden con las preferencias alimentarias de las personas. Además refieren conocer las consecuencias de no cuidar este aspecto. “P: Claro, porque uno no tiene los recursos para comprar cosas…uno tiene que sa- ber comer cosas que le complican. Ahora recién están saliendo cosas para diabéticos, antes no había tantas cosas para diabéticos. Pero, trato de no comer tanto arroz, un poquitito, trato de no comer tanto. Estaba más desordenado, yo comía, le echaba no más. En el hospital vi gente media complicada, que le cortaban el pie, los dedos. Entonces, las enfermeras me dijeron que a los dos meses le cortaban el pie, porque no se cuidaban”. (Hombre, 60 años, automanejo bajo). En cuanto a la actividad física, las personas mencionan haber recibido indi- caciones que intentan adaptar a sus rutinas cotidianas en cuanto a acceso y tiem- pos. Si no se logra dicha adaptación, las indicaciones son difíciles de cumplir, sobretodo en el contexto del encierro por la pandemia. “E: Por su hipertensión, ¿también le recomendó el doctor que hiciera actividad fí- sica? P: Sí. Media hora diaria, mínimo. E: ¿Ha podido hacer eso ahora en pande- mia? P: A veces. Es que yo… ese ejercicio yo lo hago trabajando, haciendo cualquier cosa”. (Hombre, 55 años, automanejo medio).

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