Innovar y transformar desde las disciplinas: experiencias claves en la educación superior en América Latina y el Caribe 2021-2022
3 Ser docentes hoy en día exige más que nunca ser profesionales reflexivos y creativos, puesto que las crecientes demandas de la sociedad del conocimiento, altamente exigente y cambiante han impulsado desde hace ya algunas décadas un replanteamiento del rol del profesor dentro del concierto educativo. Por mucho tiempo, se asumió sin mayor cuestionamiento que el deber del docente era solo enseñar y transmitir el conocimiento. Sin embargo, ¿es eso de alguna utilidad si sus estudiantes no aprenden? Prieto et al., (2008) rescatan esta interrogante en su libro sobre enseñanza centrada en el aprendizaje y, basándose en los planteamientos de Biggs (2004), sostienen que el dominio de va- riadas técnicas de enseñanza se volvía irrelevante si el alumno, finalmente, no aprendía ni incorporada ese saber en su quehacer. En este contexto, es un imperativo que el es- tudiante sea considerado como actor central en el proceso y su aprendizaje debe ser el objetivo a procurar. En la nueva realidad de efectuar clases en modalidad aula virtual, los docentes deben ser guías, mediadores y facilitadores del proceso de enseñanza aprendizaje, para que así los estudiantes adquieran conocimientos, habilidades y actitudes. Los entornos vir- tuales de aprendizaje, como lo plantean Bautista et al., (2006) ponen a disposición de los docentes una serie de herramientas y recursos que sitúan al estudiante en el centro del proceso educativo y suponen una construcción conjunta de conocimiento. Además, es una oportunidad para actualizar el rol docente, ya que integrar la tecnología implica aprender nuevas formas de enseñar. En resumen, un docente de excelencia es aquel que está constantemente analizando su práctica docente, y realiza ajustes cuando lo considera necesario. Es innovador y usa una variedad de metodologías activas y recursos tecnológicos adecuados para ofrecer una educación acorde a la realidad actual, la que requiere conocer y desarrollar las com- petencias necesarias para el manejo de las TIC, herramientas fundamentales para lograr la dinámica y trabajo de calidad en el aula virtual. Crea una relación cercana y cons- tructivista con los estudiantes, haciéndolos partícipes de su propio aprendizaje (Za- balza, 2015). El reto que se plantea es utilizar diversas herramientas tecnológicas y provocar el interés de los estudiantes, generando espacios de interacción con la partici- pación de todo el grupo curso, para construir aprendizaje en forma conjunta (Flores & Sánchez, 2012). Los docentes deben ser transformadores de la docencia universitaria siempre que adquieran las competencias que se necesitan para administrar esta nueva forma de hacer llegar la información. Las estrategias activas participativas son una excelente opción para enfrentar este nuevo escenario, puesto que se centran en el estudiante y en su forma de aprender. Pretenden promover la comunicación entre docentes y estudiantes, al presentar situa- ciones significativas y contextualizadas, las cuales fortalecen la unión del grupo al 903
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