Innovar y transformar desde las disciplinas: experiencias claves en la educación superior en América Latina y el Caribe 2021-2022
2 este sentido, se hace indispensable preparar a los académicos para que, por ejemplo, sean capaces de seleccionar y utilizar los recursos tecnoeducativos más apropiados, para que puedan desarrollar competencias pedagógicas en el aula como son implemen- tación de metodologías activas para el aprendizaje, desarrollo de habilidades y actitu- des. Además de las nuevas competencias tecnológicas que implica desarrollar una di- dáctica en entornos virtuales de aprendizaje. Paralelo a ello, es importante destacar que el estudio de las innovaciones educativas evoluciona al igual que las tecnologías y, por tanto, son parte de un proceso continuo de formación para la consolidación de compe- tencias TIC (Bolaño y Tobón, 2017). Actualmente, la mayoría de las universidades a nivel nacional e internacional cuen- tan con campus virtuales en los que desarrollan enseñanza a distancia de manera neta- mente digital (e-learning) o como apoyo a las actividades presenciales (b-learning). Existen variadas plataformas virtuales (LSM: Learning management system, en inglés), que permiten la generación de entornos virtuales de aprendizaje, ofreciendo múltiples ventajas y posibilidades (Gómez, 2017). Sin embargo, aparentemente dentro de estos entornos virtuales, está siendo difícil generar la cercanía necesaria con los estudiantes, y por ende motivarlos y orientarlos de manera adecuada en el proceso de enseñanza- aprendizaje. En consecuencia, se hace necesario que el docente no solo ponga el foco en los contenidos factuales, sino que, también, en el desarrollo de un ambiente propicio para el aprendizaje, permita generar habilidades y actitudes para el desarrollo de profe- sionales preparados para un mundo dinámico y cambiante. Uno de los desafíos de las clases virtuales es, por ejemplo, instar a los estudiantes a que investiguen temas educativos en las redes tecnológicas. Sin embargo, al momento de implementar esta modalidad a través de la virtualidad, se evidencia las escasas ha- bilidades TIC. Tanto docentes como alumnos no cuentan con las competencias y cono- cimientos necesarios para llevar a cabo el proceso de enseñanza aprendizaje con los recursos tecnológicos educativos que hoy existen en las diferentes plataformas. Enton- ces, implementar la cultura tecnológica se convierte en un deber para que los estudian- tes alcancen lo que Gutiérrez (2007) señala respecto a la movilidad en un contexto dado y que tiene relación con el conjunto de saberes cognitivos (saber), procedimentales (sa- ber hacer) y actitudinales (saber ser). Los docentes deben, en consecuencia, adquirir estas competencias para incentivar a sus alumnos y a la vez construir nuevos conocimientos en esta era en donde las tecno- logías llegaron para quedarse, sin dar tregua ni tiempo, razón por la cual se deben adap- tar, aprender, investigar e informarse para que los alumnos integren, adquieran y po- tencien los tres saberes a través del buen uso de las herramientas educativas tecnológi- cas comprender que estas no solo son un complemento al proceso enseñanza/aprendi- zaje, sino que también aportan a los conocimientos significativos y a la calidad de la enseñanza/aprendizaje. 90
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