Innovar y transformar desde las disciplinas: experiencias claves en la educación superior en América Latina y el Caribe 2021-2022

3 Figura 1 . La persona mediadora y sus dimensiones en cursos virtuales. Fuente: elaboración propia a partir de Téber (2003). En definitiva, es urgente que el personal académico tome las medidas necesarias para mediar pedagógicamente el acto educativo en la virtualidad y que abra el camino a nuevas relaciones con las personas estudiantes: con el contenido, los recursos, con el propio contexto, con otras lecturas, con su grupo de aprendizaje incluido el docente, consigo mismo y con su futuro (Gutiérrez y Prieto,1993). Uno de los problemas que se presenta en la educación universitaria virtual de hoy, es que aún se narran los contenidos mediante el uso de presentaciones digitales satura- das de texto, como si estuviera en clases con una modalidad presencial con extensas sesiones sincrónicas. A lo anterior, se le suma la fatiga virtual que experimenta n estu- diantes y docente s por la alta exposición a la pantalla del computador y a diversos dis- positivos electrónicos. En la mediación pedagógica la prioridad la tiene la persona que aprende, quien vivencia procesos proactivos de construcción del conocimiento. To- mando en consideración lo anterior y según Téber (2003), se entiende la mediación pedagógica como “una posición humanizadora, positiva, constructiva y potenciad ora en el complejo mundo de la relación educativa” (p. 40). Como consecuencia, las funciones que realiza el docente son esenciales para que la educación pueda contribuir a la plena realización del individuo y a un nuevo modelo de desarrollo (UNESCO, 2005, p. 57). Por eso, debe actualizarse y formarse continua- mente para atender las necesidades de los educandos en los entornos virtuales. Esto significa, de acuerdo con Gutiérrez y Prieto (1993), que para mediar pedagógicamente una situación de aprendizaje virtual es necesario que se piense en el tema, el aprendizaje y la forma. 777