Innovar y transformar desde las disciplinas: experiencias claves en la educación superior en América Latina y el Caribe 2021-2022

2 4.1. La relación entre empatía y definición del problema La fase de empatía permitió que los estudiantes, desde el inicio, pudieran situar sus proyectos dentro de un contexto global y, a la vez, local, al enfocarse en las necesidades que podrían ser atendidas y en el impacto que podría tener su proyecto en determinadas personas y comunidades. Al respecto, conviene retomar que una de las mayores dificultades que se les presen- tan a los estudiantes, al momento de iniciar sus proyectos de investigación, es el plan- teamiento del problema (Hernández et al., 1998; Wray et al., 1998). En este sentido, relacionar las necesidades y la problemática identificadas en la fase Empatizar con so- luciones particulares favoreció la definición del problema. 4.2. La necesidad de formación en recursos y estrategias para el planteamiento y la representación verbal y visual de ideas Una vez planteado el problema, se estudiaron y pusieron en práctica recursos para pre- sentar ideas verbal y visualmente: dibujos, esquemas, mapas mentales, infografías. Es importante indicar que en esta fase se evidenció una falta de manejo de recursos y es- trategias por parte de los estudiantes, lo que implicó una inversión de tiempo adicional, ya que no bastó con proporcionarlos, sino que fue necesario explicarlos y practicarlos. Convendría, entonces, reflexionar sobre la formación que reciben nuestros estudiantes en el área de desarrollo de procesos creativos y sobre si el modelo como tal brinda las herramientas necesarias para incursionar en ella. 4.3. La relación innovación - trabajo colaborativo La elaboración del prototipo, a partir de una unidad didáctica dirigida a resolver un problema particular en la enseñanza del español, favoreció sustancialmente el trabajo colaborativo: los objetivos, materiales y actividades por desarrollar fueron revisados entre estudiantes (revisión de pares) y por la profesora, a lo cual se sumó la creación conjunta de los criterios para realizar la valoración correspondiente. Estos criterios se incluyen en la Tabla 1. Además de los criterios, se creó, también de manera colaborativa entre estudiantes y docente, la escala para su valoración: 5 Excelente, 4 Muy bien, 3 Bien, 2 Regular, 1 Deficiente, y se propusieron los siguientes descriptores: Excelente : “sin necesidad de mejora inmediata” Muy bien : “con necesidad de incorporar observaciones puntuales mínimas” Bien : “con necesidad de incorporar observaciones en varios aspectos” Regular: “con necesidad de incorporar mejoras sustanciales” Deficiente: “con necesidad de replantear totalmente la propuesta”. Se aclaró, además, que esta valoración no tendría un impacto en la evaluación suma- tiva, pues no se trataba de asignar una calificación numérica, sino de contribuir a la mejora de los proyectos. 66

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