Innovar y transformar desde las disciplinas: experiencias claves en la educación superior en América Latina y el Caribe 2021-2022
3 pues la teoría del interés sugiere que los valores de la tarea pueden llevar a un interés más profundo que luego puede influir en las decisiones posteriores. El interés del pro- fesor puede ser detonado por intervenciones que enfatizan el valor de una tarea misma y luego se desarrollan a medida que el profesor experimenta sentimientos positivos, con lo que llega a valorar dicha actividad aún más, pues le resulta significativa. Una retroalimentación positiva, fruto y estrategia de un acompañamiento personali- zado, se puede convertir en estímulo específico de motivación para la persona al ser ambiente ella de aprendizaje, pues el suceso externo adquiere la capacidad de energizar y dirigir la conducta en la medida que indica que un comportamiento en particular ten- drá la probabilidad de producir consecuencias. Según la teoría de la expectativa-valor en F. Doménech-Betoret (2017) [13], una persona elige asumir una tarea desafiante si la persona (1) valora la tarea y (2) espera que pueda tener éxito en la tarea, basado ello en las creencias propias. Las creencias sobre el yo y las creencias sobre el valor de la tarea son importantes para predecir la elección, la persistencia y consecución. Las personas con alta autoeficacia generalmente trabajan con consistencia para aprender cómo realizar nuevas tareas porque confían en que sus esfuerzos serán exito- sos. Debe recordarse que la autoeficacia es una creencia interna con respecto a las ca- pacidades y competencias relacionadas con el trabajo que se realiza. Además, confían en que pueden aprender y realizar una tarea específica. Por el contrario, quienes tienen baja autoeficacia creen que son incapaces de aprender y realizar una tarea difícil siendo probable que se den por vencidos cuando surgen dificultades. 2.3 El profesor motivado Autoconocimiento positivo, nivel aceptable de expertise en su área de conocimiento, manejo aceptable de competencias socioemocionales y autoestima equilibrada son ele- mentos indispensables para motivar a un profesor, pues la motivación implica procesos cognitivos, emocionales y conductuales que dan energía y dirección al comportamiento y que responden a estímulos relacionados a las necesidades fisiológicas, psicológicas o sociales. Motivación que implica la energía para una conducta fuerte, intensa y persis- tente. Donde la conducta tiene propósito, se dirige o se guía hacia el logro de un objetivo o resultado específico. El cambio de conducta se constata, a partir de la observación (cambios corporales) o de la introspección (cambios en los pensamientos, creencias, etc., que también son conductas). Para que el profesor modifique su conducta por in- fluencia del ambiente han de darse por lo menos dos condiciones: a. Debe recibir un estímulo del entorno; b. Debe modificarse él mismo para poder responder luego con una conducta. La motivación como factor que genera y sostiene un ambiente de aprendizaje en la persona del profesor, asevera F. Alemán (2018), [14] tiene una vital importancia prác- tica, pues va a influir sobre la eficiencia en la asimilación de los conocimientos, en la formación de habilidades y capacidades, en la formación del carácter, la moral y la orientación de los estudiantes, además de constituir un instrumento de retención para la escuela. 619
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