Innovar y transformar desde las disciplinas: experiencias claves en la educación superior en América Latina y el Caribe 2021-2022

2 sibilitan el aprendizaje” (p. 141). El ambiente entendido como realidad extrínseca in- cluye objetos, olores, formas, colores, sonidos y personas que habitan y se relacionan dentro de un marco o espacio físico que lo contiene todo y, al mismo tiempo, es conte- nido por todos estos elementos que envuelven un lugar generando una situación deter- minada. El ambiente extrínseco en sí mismo nunca será causa de intencionalidad edu- cativa. 2.1 Ambiente como expresión de la persona El ambiente como creación desde la persona se conforma, según M.D. Velasco (2017) [7] por las experiencias físicas, biológicas, sociales, culturales, psicológicas que genera una persona en la interrelación contextualizada, favoreciendo o dificultando la interac- ción social. Desde esta concepción interiorizada de ambiente de aprendizaje, el aula - física o virtual- es posibilidad de encuentro de alumnos y profesores, pues se constituye un escenario vivo de interacciones sociales donde se intercambia, explícita y tácita- mente todo aquello que la persona es -ideas, contenidos, valores, intereses, sueños o temores- plantea J. Guerra (2020) [8]. Existe, según M. Merleau-Ponty (2002) [9], una interacción mutua entre los seres humanos y el mundo, pues es a través del cuerpo que una persona está en una relación viva con las cosas. Las personas generan un ambiente desde ellas mismas cuando viven y comparten su tiempo, su modo de ver la vida, sus normas, conocimientos, valores, creencias, tradiciones y rituales creados y compartidos, aprendidos y transferidos mu- tuamente, asevera F.A. Castillo (2018) [10]. Esta bidireccionalidad de las relaciones interpersonales son factores que impactan en los procedimientos y conductas, en la apropiación de conocimientos, en la expresión de competencias y en el ejercicio de habilidades. El ambiente, como actitud de la persona, puede ser polifacético en sus expresiones y polivalente en su percepción, ya sea por las relaciones y características psicosociales de los sujetos que forman parte de él, o por las prácticas sociales que establece el ser humano en su contexto propio donde generan actitudes, creencias, posicionamientos, formas de pensar y de actuar que confluyen en los miembros en su participación, res- ponsabilidad y compromiso, según su proceso de aprendizaje, sus intereses o necesida- des. 2.2 La motivación en el profesor J. Reeve (2017) [11] plantea que la motivación considera los procesos que energizan y dirigen la conducta y estos emanan tanto de fuerzas internas en el individuo -necesida- des, emociones, cogniciones-, como de sucesos en el ambiente, en la sociedad y/o en la cultura que atraen o repelen al individuo a participar o no en una acción específica. Según la teoría del interés de K.A. Renninger (2019) [12], el hecho de estar intere- sados en una actividad motiva a continuar la actividad cuanto sea posible. Los intereses bien desarrollados del profesor pueden motivar su compromiso con la actividad de aprendizaje que se propone y/o se realiza. Un profesor que recibe positiva retroalimen- tación en relación con una clase puede elegir continuar mejorando sus intervenciones, 618

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