Innovar y transformar desde las disciplinas: experiencias claves en la educación superior en América Latina y el Caribe 2021-2022

2 mediatez. La variable A1 demuestra que para casi tres cuartos del grupo estudiantil el contar con esa opción siempre le ayudó en su aprendizaje. Con respecto al uso del cronograma (D1), el cual incluyó instrucciones detalladas con preguntas guía, actividades y recursos como videos, lecturas y audios para pro- fundizar en la materia de manera asincrónica cada semana, más del 85 % del grupo estuvo de acuerdo con que siempre le ayudó a su aprendizaje. Esta tendencia positiva se alinea con los resultados de Strayer (2012) y otros (Kim et al., 2014). El cronogra- ma ayuda a que el proceso de aprendizaje quede muy claro y que haya cohesión entre las actividades que se realizarán de manera sincrónica vs. las asincrónicas. Su uso permite a las personas estudiantes tener un punto de referencia concreto y detallado sobre cómo avanzar con su aprendizaje durante la semana, lo cual ayuda a evitar pér- dida de motivación y tiempo por no tener claridad sobre las actividades a realizar y qué recursos utilizar. También como parte de los componentes asíncronos del aula invertida, se valoró la percepción sobre la forma en que estaba organizado el espacio del curso en la plata- forma de mediación virtual (B1). La forma tradicional (solo semanal y texto) de orga- nizarlo se sustituyó por íconos, en forma de malla temática (además de semanas), lo cual facilita la identificación de sus contenidos durante las actividades asincrónicas (ver Fig. 1 ). Además, ofrece un elemento lúdico en una plataforma generalmente árida. Hoy en día ya está comprobado el poder del juego y lo lúdico en el aprendizaje, también en la educación superior (ver James y Nerantzi 2019). De hecho, este cambio tuvo una percepción positiva generalizada de más del 90 % afirmando que les ayudó siempre en su aprendizaje. Fig. 1. Componentes asíncronos. Ejemplo de malla temática con íconos. 518

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