Innovar y transformar desde las disciplinas: experiencias claves en la educación superior en América Latina y el Caribe 2021-2022
3 sobre este estudio es contribuir a la literatura sobre enseñanza y aprendizaje (SOTL por sus siglas en inglés); literatura que procura, en términos amplios, mejorar la expe- riencia pedagógica de la persona estudiante (Gurung y Wilson, 2013). El contexto del estudio es la pandemia global generada por el virus que causa COVID-19 y la decisión inédita de algunas universidades alrededor del mundo de trasladar sus clases a una modalidad 100 % virtual para proteger del virus a la comu- nidad universitaria. Se procuró evitar la cancelación de los cursos, a través del uso de plataformas de facilitación del aprendizaje como mediación virtual ( MOODLE) y otros medios de comunicación e interacción con las personas estudiantes. Esto impli- có un gran reto para las personas docentes, en términos de suscribir tiempo personal para recibir capacitaciones sobre cómo facilitar el aprendizaje bajo esta nueva moda- lidad y adaptar los cursos a este nuevo formato, cuando ya había iniciado el curso lectivo. Es decir, tocaba aprender en la marcha. En este contexto, se tiene un primer acercamiento con el concepto de aula invertida. En breve, el aula invertida o flipped classroom , en inglés, es una forma de estructu- rar y facilitar el aprendizaje de una manera distinta a la tradicional que surge hace más o menos 20 años y que se ha abordado en diversas disciplinas (Escudero-Nahón y Mercado López, 2020; Yamarik, 2019). Esta estrategia, poco conocida en la AACE, en esencia implica que el material del curso se estudia principalmente fuera del hora- rio formal de clases; es decir, de manera asincrónica, cada estudiante avanza a su ritmo dentro de un periodo establecido. En cambio, se utiliza el espacio en el aula para que las personas estudiantes aclaren, discutan y apliquen lo aprendido de manera sincrónica (Butt, 2014). Para la facilitación del aprendizaje asíncrono, la persona docente ofrece material en línea como videos, clases pregrabadas, lecturas, juegos, guías de estudio, entre otros. Durante las sesiones sincrónicas (idealmente cara a cara), se aprovecha para la reali- zación de prácticas, discusiones, debates y actividades grupales, que promuevan habi- lidades como la resolución de problemas o pensamiento crítico (Wang etal., 2019). En este sentido, el aula invertida permite centrar el horario de la clase formal en la perso- na estudiante, en vez de la persona docente (Kim etal., 2014). Algunos críticos de este modelo indican que puede ser demasiado demandante para la persona docente y que a veces no es adecuado para el aprendizaje de las personas estudiantes (Mason etal., 2013) o que no tiene una estructura teórica que explique el aprendizaje centrado en el estudiante (Koh, 2019). Más aún, dada la variedad de acti- vidades que se pueden realizar en el aula y fuera de la misma, los resultados de esta estrategia han sido mixtos (Cheng etal., 2019; Låg y Sæle, 2019). Así las cosas, es importante realizar una investigación con respecto a los componentes específicos utilizados en el modelo de aula invertida (Wang et al., 2019). Por lo tanto, el presente estudio responde a ese llamado. Más áun, este modelo no ha sido estudiado en la carrera de AACE. La búsqueda en bases de datos de Science Direct, SAGE, EBSCO y Google Scholar con las palabras clave en inglés y en caste- llano, como “ flipped classroom ” / “aula invertida” AND “ Customs ” / “Aduanas”, no arrojó artículos pertinentes. Esto no es de extrañar, ya que es una carrera poco común en el mundo. En contraste con disciplinas más tradicionales como la sociología, ad- ministración o economía, la malla curricular de esta carrera es interdisciplinaria, ya 515
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