Innovar y transformar desde las disciplinas: experiencias claves en la educación superior en América Latina y el Caribe 2021-2022

3 1 Introducción La educación superior sufre una serie de transformaciones en los últimos años, gracias a las configuraciones sociales. Entre los más sobresalientes, se encuentra la transición a un modelo educativo enfocado en el alumno, el cual está influenciado por el construc- tivismo. Camargo (2014) explica que los procesos de enseñanza y aprendizaje funda- mentados en esta corriente, comprenden el conocimiento como una actividad que per- mite la construcción del ser humano. Esta perspectiva refleja la importancia que tiene la participación del alumno en su proceso de aprendizaje, donde el papel del docente es de facilitador, para así fomentar el desarrollo de las competencias necesarias en el desempeño profesional futuro. En- tonces, la educación superior tiene el reto de favorecer entornos que permitan esta cons- trucción, sin importar la etapa del plan de estudios en que se encuentre el estudiante. Panadero et al. . (2020) mencionan que las personas suelen vivir una serie de cambios desde que se encuentran en la educación secundaria, los cuales muchas veces están relacionados con aspectos como elección de la carrera, transición del colegio al ámbito universitario, separación de sus círculos de amigos, entre otros. Estos generan una gran carga emocional. Aunado, Garduño y Sandoval (2006) explican que la motivación y las expectativas de los estudiantes de primer ingreso de carrera suelen ser factores que in- fluyen en el aprendizaje, los cuales se ven influenciados por elementos internos, es de- cir, aquellos relacionados con el individuo y por externos, como los docentes, el entorno de educativo, entre otros. Zimmerman (2008) afirma que las motivaciones intrínsecas se relacionan con un mayor rendimiento académico, así como con otros mediadores cognitivos y conductua- les más adaptativos dentro del proceso de aprendizaje. Es por ello, que los docentes deben alinear los resultados de aprendizaje y/u objetivos del curso con las necesidades del contexto de los estudiantes, para así fomentar un ambiente basado en la motivación y el interés. La deserción estudiantil se presenta usualmente en población universitaria durante los primeros años de carrera, fenómeno que se asocia a la adaptación que esta transición exige (Ricardo Álvarez-Pérez y López-Aguilar, 2017). Los cursos, al comienzo del plan de estudios, se convierten en filtros por sus contenidos teóricos complejos y de difícil interiorización. Esta situación se evidencia en las calificaciones bajas, las cuales gene- ran mucha frustración. La formación académica tiene el reto de brindar esta información de forma atractiva para los estudiantes, es así como, la implementación de metodologías activas dentro del entorno educativo favorece la adquisición de los conocimientos porque permiten su aplicación a través de la vivencia (CrusaFon, 2021), lo cual llega a ser clave para posi- cionar la docencia dentro de un paradigma constructivista. Lo anterior, ya que, como menciona Macedo et al. (2018), se busca activar en el estudiante información previa, para integrar nuevas nociones, permitiendo la transformación continua y para ir afi- nando la existente, entonces el aprendizaje se da cuando el alumno es capaz de expre- sarlo. La reflexión de la práctica docente favorece la consolidación de la labor. Por esta razón, se pretende sistematizar una experiencia de implementación de metodologías 91

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