Innovar y transformar desde las disciplinas: experiencias claves en la educación superior en América Latina y el Caribe 2021-2022

3 compromiso con el mejoramiento continuo de los procesos formativos para pregrado, postgrado y postítulo (Universidad de Valparaíso, 2015). El rol público de la Universidad de Valparaíso y los valores que encarna obliga a cumplir con rigurosos estándares en la formación de profesionales altamente capacitados y comprometidos para resolver las demandas de los habitantes del país respetando la diversidad, la cual incluye la diversidad cultural. En este punto, cobra relevancia mencionar que Chile es cada vez más heterogéneo y multicultural. Durante las dos últimas décadas se ha posicionado como un país receptor de migrantes internacionales llegando casi a 1 500 000 personas, lo que representa más del 6 % de la población total del país (Servicio Jesuita a Migrantes, 2019). De manera que la multiculturalidad se hace presente en el país con pueblos indígenas pero también con migrantes internacionales, quienes muchas veces pertenecen a etnias en sus países de origen. La política de salud para pueblos indígenas y para migrantes internacionales comparten el eje fundamental de la interculturalidad, entendida como un conjunto de acciones dirigidas a conocer e incorporar la cultura del paciente en el proceso de atención (Cabieses et al., 2016). Desde el punto de vista normativo, desde el año 2006 a la fecha, el Ministerio de Salud de Chile (MINSAL) ha propiciado una institucionalidad a favor del enfoque intercultural en las prestaciones sanitarias (MINSAL, 2018; MINSAL, 2020). En el contexto de la educación superior y el desarrollo de la competencia intercultural en salud, poco se ha reportado. De lo publicado, destaca un trabajo del año 2013, el cual analizó la presencia de elementos interculturales en las mallas curriculares de ocho universidades del país situadas en territorios con alta concentración indígena, resultado que sorprendió dado que solo una carrera había desarrollado un currículo pertinente para dar respuesta a la diversidad cultural indígena de Chile (Painemilla et al., 2013.). Dos años más tarde otro trabajo mostró cuales eran los énfasis de las carreras de medicina para la construcción de sus perfiles de egreso. Los hallazgos reforzaron que el tema de la cultura dentro del currículo de las universidades exploradas era absolutamente marginal en el proceso formativo de futuros médicos/as, y que la formación médica daba cuenta de no estar considerando a “la política pública, ni los objetivos sanitarios, como un eje movilizador de su formación” (Parada et al., 2015, p.516). En cuanto a habilidades de atención médica para población migrante internacional el panorama no parece ser mejor. Un artículo del año 2018, que analizó la percepción de la educación intercultural en la relación médico-paciente, indicó que existen debilidades en la formación y percepción de las necesidades de esta, para abordar la praxis médica en contextos multiculturales de salud pública. Destacan la escasa formación en ámbitos de epidemiología, sistema sanitario y salud pública de los países de procedencia inmigrante y de América Latina (Urrutia-Arroyo, 2018). A la luz de los antecedentes, resulta lógico decir que hoy en día la competencia intercultural en salud, es un reto dentro de la formación de los futuros profesionales de la salud de Chile. El escenario multicultural en Chile, el marco del Plan Desarrollo Institucional de la Universidad de Valparaíso y las normativas del MINSAL para pueblos indígenas y migrantes internacionales constituyen la ventana de oportunidad que nos permitió, como equipo, acercar las temáticas interculturales en salud en la carrera de Medicina de la Universidad de Valparaíso. Este proceso de cuatro años fue un desafío ético y 173

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