Innovar y transformar desde las disciplinas: experiencias claves en la educación superior en América Latina y el Caribe 2021-2022
2 estrategias para disminuir la desmotivación del docente, pero las enfocan hacia acciones o actitudes que debe tomar el mismo para automotivarse. Según los hallazgos del presente estudio, el estudiante, con su actitud de desinterés, puede provocar la desmotivación del docente, lo que concuerda con Hirsch y Rivers (2019), quienes encontraron que más de la mitad de los docentes entrevistados en su estudio atribuyen a los estudiantes la principal responsabilidad de su motivación. Para Rincón – Gallardo (2012) citando a Bandura (1997) y Hoy y Davies (2006), el nivel de motivación de los docentes para desarrollar su labor depende principalmente de su sentido de autoeficacia, la cual define como “las creencias que tienen los docentes acerca de su capacidad para influir en la motivación y aprendizaje de los estudiantes” (Rincón-Gallardo, 2012, p.31). Sin embargo, podría ocurrir desmotivación docente por un sentido disminuido de autoeficacia, cuando el docente se encuentra inmerso en un cambio de modelo educativo que no termina de comprender o asimilar, sus prácticas se tornan inconsistentes y posiblemente improvisadas. Esta situación puede generar, a su vez, una imagen de resistencia al cambio. Las actitudes mencionadas antes conducen a una relación interpersonal negativa, caracterizada por la propia inseguridad del docente percibida por los estudiantes, lo cual puede conducir al docente a impersonalizarlos, con el propósito de “evitarse daños o protegerse de conflictos con ellos” (Sureda, 2002). En todo caso, la imagen que se crea del docente es negativa y hostil, lo que da como resultado el bloqueo del aprendizaje del alumno. Relación interpersonal positiva Fueron pocos los elementos positivos destacados por los participantes. Sin embargo, se mencionaron actitudes positivas que propician un buen clima en el aula y en la relación con el docente. El interés del docente en que el estudiante aprenda sin duda ejerce una influencia positiva en la relación con el estudiante. A partir de esta actitud, se crea un vínculo de confianza en la comunicación entre el docente y el estudiante. Según Laudadío y Mazitelli (2018) citando a varios autores, este interés o preocupación del docente constituye un apoyo socio-afectivo, que se traduce en motivación y compromiso del estudiante con las actividades de clase y con su propio aprendizaje. En el presente estudio, los estudiantes destacan el interés del docente, en conjunto con la empatía, lo que al parecer refleja lo preponderante de la satisfacción de necesidades socio-afectivas en términos de reconocimiento, valoración, confianza y respeto como base para una buena relación docente-estudiante, tal como afirman Covarrubias y Cols (2004). El docente que cumple con estas expectativas es percibido como competente y, por tanto, facilitador de aprendizajes y se convertiría también en un modelo a seguir (Martínez et al., 2006). Así lo reconocen Gallardo y Reyes (2010), quienes además señalan la aspiración de horizontalidad de parte de los estudiantes en su relación con el docente. 138
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