La convivencia escolar desde el discurso de sus actores
de ellos, pero ellos no les hacen nada, pero los han dejado llorando de tanto que los molestan, a mí no me hacen eso porque saben que yo no me quedo sentada, porque pego igual y les contesto también” (Entrevista) De acuerdo a lo descrito puede inferirse que las relaciones interpersonales entre pares presentan actitudes y comportamiento que entorpecen la sana convivencia en el interior del aula Es probable que tengan efectos psicológicos, permanente rabia, desazón, irritación, desgano, desmotivación entre otros. Por el contrario, en un ambiente positivo, favorece las actividades variadas y entretenidas, comunicación respetuosa entre los estudiantes y profesores, entre compañeros, y con todos los miembros de la comunidad, capacidad de escucharse unos a otros, capacidad de valorarse. Un ambiente positivo favorece la capacidad de las personas para superar las situaciones difíciles y de dar apoyo emocional. Sin embargo, la intimidación y el maltrato entre pares, las agresiones físicas y psicológicas como situaciones normales, están instaladas en la cultura escolar, como una práctica recurrente. Esta práctica de agresión mutua entre pares, no sólo produce daño en su desarrollo socio-afectivo entre los estudiantes que sufren estas agresiones, sino que también existe un daño para todos los demás integrantes del curso que actúan como espectadores. Sus compañeros se dan cuenta y aprenden que en el aula y los recreos actúa la ley del más fuerte como un medio de relacionarse. Así, los estudiantes quedan expuestos a: la ley del más fuerte o se es. Bajo estos supuestos queda claro que las conductas que ocurren en el ambiente escolar y que perciben los estudiantes, no pueden atribuirse únicamente al individuo sino que deberían considerarse como producto de una interacción entre éste y su entorno. En el análisis de los datos obtenidos 97
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