La convivencia escolar desde el discurso de sus actores

Para Gijón, los lazos y vínculos que se construyen entre los miembros de una comunidad, el clima de respeto, de escucha activa y las experiencias de participación dependen de las relaciones que mantienen y forjan sus integrantes. Para esto se hace imprescindible que los estudiantes se sientan escuchados, vinculados y comprometidos para poder participar en su realidad. Las relaciones interpersonales sostienen el clima que permite que los estudiantes se sientan protagonistas de su comunidad de aprendizaje y convivencia. En defnitiva, las relaciones son aquel vehículo donde se fragua la amistad, el afecto, los confictos, los proyectos, el compromiso y la exigencia que impulsa e impregna a los miembros de una comunidad. Utilizando una pedagogía sensible a la vía interpersonal, ofreciendo experiencias de personalización y participación a todos sus miembros. Permitiendo establecer un clima de educación moral que atraviesa todas las prácticas educativas de un establecimiento (Gijón, 2004). El ambiente escolar, se vincula con la autoestima y con la capacidad del sistema escolar para retener a los estudiantes en él. Un estudio de Hodge, Smit y Hanson (1990) realizado para determinar qué aspectos de la experiencia escolar se relacionaban con la autoestima de los estudiantes mostró que, además del rendimiento académico, el factor más relacionado con la autoestima era una percepción positiva del ambiente escolar por parte de los estudiantes. Es por ejemplo, los hallazgos indicaron que aquellos climas escolares que fomentan la creatividad y las posibilidades de libre elección de los estudiantes mejoran su autoestima. En el mismo sentido, los resultados indicaron una correlación positiva entre la percepción del colegio como un lugar que permite a sus estudiantes ser autónomos y tener iniciativas y una mayor valoración de su imagen personal. Desde una perspectiva interaccional, se sabe que las expectativas que uno tiene en relación con el comportamiento 88