La convivencia escolar desde el discurso de sus actores
naturaleza. Es necesario reconocer que la realidad es compleja, que muestra un mundo dividido en muchas partes bien separadas entre sí (Morin 1999). De acuerdo a lo expuesto, el ambiente escolar vincula o relaciona a todas las instancias que son gestoras de los procesos de enseñanza y aprendizaje en el aula como la: relación profesor- alumno, relaciones entre alumnos, estrategias metodológicas de enseñanza, pertinencia y contextualización de los contenidos, participación en la sala de clases entre otros factores. Las relaciones que se establecen entre los docentes y estudiantes, no son neutrales en ningún momento, puesto que ejercen gran infuencia en el clima que se respira dentro de la escuela. Por lo tanto, las relaciones dentro de las clases no pueden considerarse estáticas ni lineales, ya que nadie se relaciona con sus estudiantes de la misma manera en todo momento, sino que establecen diferentes fujos de interacción abiertos que ayudan a la instrucción y formación de éstos. Las interacciones permiten crear canales de confanza y seguridad entre educadores y estudiantes, sólo a través de la vía interpersonal se logra que los estudiantes muestren afecto y confanza por los adultos. En una institución educativa el progreso de los estudiantes está íntimamente relacionado con la confanza que depositan sus educadores en ellos (Gijón, 2004). Es de gran importancia recalcar que cuando los estudiantes se sienten que sus capacidades intelectuales y de aprendizajes son valoradas por sus profesores y por ellos mismos valoran mejor las relaciones interpersonales que establecen con sus docentes (Mena y Valdés, 2008). Sólo el profesor que respeta, una y otra vez, al estudiante que presenta conductas disruptivas, despierta en esa persona concreta un sentimiento profundo acerca del valor que tiene el respeto, forjando una admiración particularmente 86
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