La convivencia escolar desde el discurso de sus actores

Debiera incorporarse en el ejercicio de la autoridad por lo tanto en las relaciones de poder, aún en la asimetría en que se producen, En la realidad las relaciones interpersonales no serían las más adecuadas, se recibe mal trato, que las relaciones se ven afectadas por la falta e interferencias en la comunicación; que las normas no se aplicarían a todos con igualdad y se aplicarían con arbitrariedad, no existiría espacios de participación en la toma de decisiones, y que frente a los confictos sería mejor evitarlos y simular como estrategia para no hacer eco y no enfrentarlos. Una profunda escisión entre el deber ser profesional y lo que ocurre en la práctica cotidiana, cómo desde la perspectivas de estos actores se asume la convivencia. Los docentes se ven a si mismos comprometidos con la función educativa, con la educación pública a pesar de las condiciones laborales, el compromiso es con los niños/as que atienden, sienten que la vocación y la responsabilidad es la que los guía a cumplir con la tarea; es un profesional que tiene las competencias y es conocedor de la disciplina que imparte, sabe trabajar colaborativamente, ha roto las barreras de la individualidad, se siente valorado socialmente, se identifca y valora la institución donde se desempeña, se autodefne crítico en sus debilidades frente al tiempo y cierta actuaciones que pudiesen entorpecer la buena convivencia. Sin embargo, este mundo de signifcaciones ideales se presentaría diametralmente opuesta a la realidad vivida en relación como se asume cotidianamente la convivencia, ésta se presenta con escasa participación en las actividades ofrecida por la institución, no existiría cohesión entre ellos más bien aislamiento, sólo las relaciones serían entre grupos afnes, sienten que el liderazgo es impuesto y de mal manejo y que esta condición genera roces entre la comunidad, como 56

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