La convivencia escolar desde el discurso de sus actores
mundo popular del siglo XIX, cuya máxima es la formación de ciudadanos (Revista Nuevos Rumbos). Asimismo, en 1922 se forma la Asociación General de Profesores AGP proponiendo la ‘Escuela Nueva’ que consideraba descentralizar y despolitizar el servicio educacional, promoviendo un rol protagónico de los profesores junto a la familia y las organizaciones de trabajadores. En lo social, se promueve la construcción de la escuela común, sin distinción de clases; en lo intelectual, aprovechar las aptitudes naturales del niño, orientándolas hacia el conocimiento científco actualizado y diferentes especializaciones productivas, y en lo gremial, aspiraba al mejoramiento económico del magisterio sin distinciones (Reyes, 2004). Desde el mundo obrero, la FOCH (Federación Obrera de Chile) funda 21 escuelas entre 1921 y 1925, criticando la enseñanza ofcial que preparaba al niño “para la perpetuación del injusto régimen social en el que vivimos, y lo hace en forma sistemática, encadenándole el espíritu hacia la vida en el pasado” (FOCH, 1.922 en Reyes, 2010). Desde la mirada obrera, la escuela fscal se considera responsable de la atrofa intelectual de los hijos de los trabajadores, y como una vía para conservar el orden vigente. En 1925 el Estado inicia el cierre de escuelas de los obreros, indicando que se tratan de establecimientos que enseñan contra la patria, contra el militarismo y contra el régimen capitalista (Recabarren en Reyes, 2004). Otro hito destacado, es la Escuela Nacional Unifcada (ENU), proyecto educativo de la Unidad Popular, que buscaba la descentralización con mejoras en las condiciones sociales, funcionarias y profesionales de los docentes, promoviendo la participación democrática, directa y responsable de los trabajadores de la educación y de la comunidad y cuyo lema ‘Por una educación nacional, democrática, pluralista y popular’ surge de actores importantes de este proceso, como el SUTE 269
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