La convivencia escolar desde el discurso de sus actores
concierne a todos. Y cada vez que hacemos…somos pasados a llevar, por ejemplo “la comisión por el pelo largo” en que fuimos rechazados y no se nos dio ninguna explicación de porqué no” (Entrevista) Sin duda que en la escuela conviven dos mundos y dos culturas. El mundo de los jóvenes estudiantes, con sus propios lenguajes, representaciones y sueños y el mundo de los adultos a veces llenos de prejuicios, temores, inseguridades y por otro lado de certezas, mundo que en ocasiones se enfrentan y en otras se invisibilizan. Otro aspecto que también aparece en los discursos limitando la formación ciudadana en la escuela es la mala convivencia escolar de los jóvenes entre sí y entre los jóvenes y los profesores. Esta mala convivencia se expresa en conductas violentas, de carácter físico, verbal y psicológica, que están adquiriendo mucha fuerza y se presentan cotidianamente en el espacio escolar no permitiendo construir tejido social fuerte dentro de los establecimientos, dañando la posibilidad de crear vínculos de afectos entre los Jóvenes y entre los jóvenes y sus profesores y obviamente haciendo más difícil crear comunidad. Esta mala convivencia escolar al interior de las salas se traduce en actos disruptivos, amenazas, descalifcaciones o mofas llegando incluso en los espacios fuera de la sala de clase a golpes y peleas. La violencia que está en presente en el espacio escolar, es representativa de la violencia presente en la calle, en los medios de comunicación, en el hogar y que hoy caracteriza los lazos sociales y culturales de nuestra sociedad; sin embargo, hay un ocultamiento de la violencia que la propia escuela como institución genera. Los jóvenes señalan que los profesores e inspectores son también responsables de episodios de violencia y lo son cuando no los llaman por su nombre sino con apodos (para ellos es aceptable desde sus compañeros, pero 251
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