La convivencia escolar desde el discurso de sus actores

de los bienes públicos; circunstancia que fue criticada por la propia OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), la que en su documento Revisión de políticas nacionales de Educación afrma en el Apartado “Conclusiones y recomendaciones” en el año 2004 “La educación chilena está infuenciada (sic) por una ideología que da una importancia indebida a los mecanismos de mercado para mejorar la enseñanza y el aprendizaje”. Este mismo informe señala que las políticas implementadas no han logrado calidad ni equidad en nuestro sistema educativo. La orientación de políticas educativas relevando el acc ionar de l mercado , ha impl i cado además , una sobrevaloración de una forma de gestión y de relación pedagógica en la institución escolar y, específcamente, en las aulas orientada a producir alumnos y alumnas eventualmente empleables, que puedan adaptarse (con fexibilidad) al mercado de trabajo y a las necesidades de la economía. En el predominio de esta racionalidad ya descrita, los alumnos deben actuar acorde a criterios de efcacia/efciencia para que puedan acceder a un espacio en la sociedad y los profesores adecuar su currículum, sus tiempos y sus estrategias de enseñanza aprendizaje para que primen estos indicadores de gestión. Sobre las consecuencias de esta forma de implementar la tarea educativa M.C. Nussbaum señala: “Se están produciendo cambios drásticos en aquello que las sociedades democráticas enseñan a sus jóvenes (…). Sedientos de dinero, los estados nacionales y sus sistemas de educación están descartando sin advertirlo ciertas aptitudes que son necesarias para mantener viva a la democracia. Si esta tendencia se prolonga, las naciones de todo el mundo en breve producirán generaciones enteras de máquinas utilitarias, en lugar de ciudadanos cabales con la capacidad de pensar por sí mismos, poseer una 242

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