La convivencia escolar desde el discurso de sus actores
múltiples elementos constituyentes. De procesos interactivos que dan existencia a la institución dentro del horizonte cultural que le es propio. Es en la cotidianeidad de la vida escolar donde todas las actividades constituyen procesos signifcativos, en todas ellas subyace un sentido que las hace comprensibles (Geertz, 1973).Es desde esa realidad que emerge el sentido que tienen las formas de relacionarse y convivir. Confuencias y transgresiones, una síntesis apretada El eje de los discursos producidos, gira en torno a las tensiones urdidas y recurrentes que subyacen en la vida cotidiana de las comunidades educativas. Una cotidianeidad naturalizada y tensionada en un contexto de transformaciones no asumidas por la escuela que mantiene un orden normativo autoritario. Lo que importa destacar en consecuencia, son las implicancias de esta realidad en la formación de las nuevas generaciones y en la actual deslegitimación del rol docente. Junto al hecho relevante de constatar la existencia de quiebres y disonancias entre las políticas públicas y la praxis educativa que de acuerdo a estos estudios, se sostiene en un espacio marcado por innumerables tensiones. Surgen varias interrogantes claves, entre ellas el peso o infuencia de una realidad tóxica en la construcción de las identidades de pertenencia de los actores en las instituciones educativas. O la real incidencia de las mutaciones culturales, las estructuras organizacionales de la escuela en los climas y en la convivencia. O el impacto de esas nuevas realidades en los procesos formativos y en el rol estratégico del profesorado .O preguntarse si existiría un malestar soterrado como 23
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=