La convivencia escolar desde el discurso de sus actores

enfoque de derechos y tributaria de la propuesta de Frazer (1997), que promueva una justicia bivalente donde se integren armónicamente en la praxis ciudadana los requerimientos objetivos de una justa distribución del producto social con las condiciones intersubjetivas del reconocimiento cultural. El proyecto de construcción de una ciudadanía social, conforme a lo señalado, debe considerar en toda comunidad tanto su estructura económica como la confguración de sus valoraciones culturales -en tanto expresión material y simbólica del reconocimiento de la integración social y la diversidad cultural como elementos cruciales en la organización de las sociedades contemporáneas- y representa, en la actualidad, uno de los debates teóricos más relevantes en torno a la ciudadanía. Sin duda, existen otras instancias sociales formadoras del ejercicio ciudadano, como la familia o los medios de comunicación, pero desde las instituciones formales encargadas de la transmisión y resignifcación del patrimonio social de los sujetos que participan de una colectividad, evidentemente la escuela es la institución llamada a asumir un rol protagónico en la formación de los ciudadanos y las ciudadanas del presente y del futuro. Así se desprende de los discursos ofciales y del debate público, desde donde por presencia o ausencia, por aciertos o errores, se responsabiliza a la escuela de la formación ciudadana. No podría ser de otro modo si se piensa que la gran fnalidad de la escuela es preparar para la vida. No en vano los docentes tienen la crucial responsabilidad de formar conciencias y preparar ciudadanos; así, la misión de maestros y maestras no es de naturaleza tecnocrática, pragmática o meramente utilitaria, sino que el carácter de su misión es ética y noética y sus efectos en la sociedad actual son determinantes. 227

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