La convivencia escolar desde el discurso de sus actores
tanto es una comunidad libremente elegida por las estudiantes, sus padres, madres o apoderadas, se puede pensar que sea un lugar de encuentros y mezclas sociales, que brinde oportunidades de construir proyectos y trayectorias de vida que posibiliten a las jóvenes de diversos orígenes el desarrollo pleno de sus potencialidades, no discrimine orientaciones sexuales ni de género y que respete sus intereses y sueños. El internado hoy debe seguir siendo una oportunidad amplia de socialización, no un castigo y para ello se requiere una política pública consistente que combata la inequidad de género actual, coordinando esfuerzos de los diversos actores/ as sociales que promueven la justicia social, direccionando asimismo políticas de formación docente continua y sostenida para las comunidades docentes y paradocentes, referidas a una educación no sexista. [1] Académica, Facultad de Educación, Universidad Alberto Hurtado. Texto elaborado a partir de La cultura de un internado de mujeres, Tesis de Magíster en Educación, mención Currículo y Comunidad Educativa, Universidad de Chile, 2015, con Beca para término de tesis Departamento de Postgrado y Postítulo Universidad de Chile Beca PG/ 38. Correo electrónico: xsepulve@uahurtado.cl 218
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=