La convivencia escolar desde el discurso de sus actores
hacen a fuera. Entonces como que no, no soy como mucho de “el pololo”, además que me aburren de repente, porque es como, estoy toda la semana acá y el fn de semana quiero salir y a parte de estudiar quiero carretear de repente, quiero estar con mi mamá y como que ellos tratan de consumirte” (Andrea, 4º medio). Consideraciones fnales La vida cotidiana del Internado se establece a partir de una rutina, signada por los horarios de estudio. Rutina que exige desde el inicio, por medio del uso de un equipo e indumentaria de uso personal, delantales o buzo institucional; así como el desarrollo de las actividades escolares se reducen a estudiar dentro de los lugares establecidos para ello, lo que es asumido por la joven como una “costumbre”, que absorbe todo el tiempo disponible. Los desplazamientos de las internas trazan fronteras para demarcar el accesible en tiempos acotados: desde las 6 de la mañana, el día se organiza en torno a las clases y las actividades académicas hasta que llegada las 22:30, horario que es posible de extender si se estudia en los cursos terminales. El mundo cotidiano puede interpretarse directamente como lo rutinario, sin embargo la mera repetición o reiteración no constituye necesariamente lo cotidiano. Habrá situaciones que por más reiteradas que sean, mantienen un carácter extraordinario. Lo rutinario hace parte del orden de lo cotidiano, cuando es concebido o vivido por los individuos como tal, como algo efectivamente rutinario. Las rutinas no gratas se las asume como un costo necesario o condición para alcanzar o concretar los proyectos de futuro. Esta rutina constituida de una cadena de actividades secuenciales, dotan de pertinencia analítica al concepto de institución total, propuesto por Goffman (2001). Este concepto nos permite interpretar los 213
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