La convivencia escolar desde el discurso de sus actores

El grito del Cuarto Matemático: “seno, coseno, tangente, matemático presente”. El Cuarto humanista improvisa, cambian la letra de Soy electrónico de Magmamix “Voy al Riesco en mi City Car/ No hago fla /Tomo mineral/ Saludo a Marciano/ En el bar/ Y quedo solo/ Hablando weas (…) Cecilia Amenábar y Gustavo Cerati / Son mis amigos/ Veo wea Veo wea (…) Vuelven a corear el grito del Internado, en femenino y masculino, cambian esas últimas palabras y agudizan o agravan la voz. Les sigue el Himno (cantan, diviso a tres que hacen un gesto con la mano referido a que es mentira lo contenido en él), alargan la ch, de chilena. Ríen. Ya ha pasado la hora. Al oído se dicen ¿dónde están los tarros? (Planean ir a desordenar a los Terceros, hacer ruido, volcar las camas, eso cuentan hace días) La mami María se va a dormitorios. La tutora y la Inspectora anuncian el término de la reunión. Resistencia, algunas se alborotan y salen a fumar, otras comienzan a ordenar y asear el lugar. La radio encendida, quieren bailar, ya son la 22: 30 horas. La Inspectora reclama por un par de colillas de cigarrillos en el piso, las recoge y se va. Algunas jóvenes bailan. Diario de campo, La noche de los Cuartos. El orden, ejercido directamente sobre la ejecución de un rito de paso, que bien puede propiciar el orgullo institucional es contenido, mediante la ofensa. No existe un correlato entre el mérito académico y el respeto a la memoria construida; habría un no merecimiento en esta institución por parte de las internas, un prestigio que se busca proyectar hacia afuera, pero no hacia dentro. El rito acá no es gratuito se gana ‘por portarse bien’. 197

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