La convivencia escolar desde el discurso de sus actores

observaciones etnográfcas, las relaciones de vigilancia y control en todos los aspectos de esa vida cotidiana, que traban las relaciones entre todos los actores generando formas de resistencia que alteran el clima institucional y la calidad de los procesos educativos. Es importante destacar que las relaciones entre estudiantes observadas en estos estudios, están marcadas por expresiones de agresividad en la cotidianidad del espacio escolar, ya que se presentan múltiples expresiones de violencia prolongada, de bullying, que desgastan síquica y moralmente a los afectados deteriorando peligrosamente las relaciones humanas. Por ejemplo, la violencia se expresa simbólicamente en la reproducción de una imagen femenina que supone una identidad estructurada y lineal, “se es mujer y se es señorita”, recurrente en la cotidianidad normada del modelo internado en el que coexisten y se manifestan diversas y contradictorias formas de establecer relaciones entre el mismo sexo, lo que gesta una ambigüedad que produce distanciamientos y discriminaciones. Las fguras madrinas y ahijadas denotan esa ambivalencia en una institución total como es un internado femenino. Ese control institucional, torna inevitable el surgimiento de diferentes tácticas de subversión que las internas de esa institución y los estudiantes parte de los diferentes estudios presentados, adoptan para enfrentar situaciones percibidas como abusivas, y que asumen como desafíos, en recurrente oposición al orden y a las reglas normadas y coercitivas. A partir de lo señalado, las constantes manifestaciones de intolerancia, agresividad entre estudiantes, profesores y directivos según se observa en los estudios presentados, adquieren cada día mayor relevancia, puesto que impide la sustentación de vínculos que integren y respeten las múltiples 18

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