La convivencia escolar desde el discurso de sus actores

“Hay un colaborador fundamental y menos reconocido de la maldad que va más allá de los protagonistas del acto malvado; es el coro silencioso que mira pero no ve, que oye pero no escucha. Su presencia silenciosa en la escena del mal hace que la línea borrosa entre el bien y el mal sea aún más difusa” (2008: 413) Efectivamente, son los actores de la comunidad escolar no directamente protagonistas de la situación de bullying los que pueden contribuir a la detección, información y paralización del maltrato que se comete. El mismo Zimbardo trae, en su libro, un par de citas que resultan apropiadas al respecto: De Edmund Burke, estadista británico: “Lo único que hace falta para que el mal triunfe es que los buenos hombres no hagan nada”. De Martin Luther King: “Debemos saber que aceptar pasivamente un sistema injusto es cooperar con ese sistema y, de ese modo, tener parte en su maldad” (2008: 412). Ciertamente, es necesario que los espectadores sepan qué hacer. Por ello, la capacitación por parte de especialistas es imprescindible, para habilitar a los actores de la comunidad escolar en las acciones que pueden ayudar a prevenir o paliar el fenómeno. Debe proporcionárseles las competencias adecuadas para reconocer y enfrentar las situaciones de acoso y matonaje escolar. 2) El bullying, para ser adecuadamente abordado, requiere en primer lugar de una conceptualización simbólica uniforme. Porque –insistimos en resaltar– un fenómeno eventualmente se controla en la medida en que se comprende bien; y puede comprenderse cabalmente en la medida en que es interpretado adecuadamente, en que es dotado de un signifcado uniforme por todos los actores involucrados. Si hay confusión en la identifcación y conceptualización del problema, el camino 137

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