La convivencia escolar desde el discurso de sus actores

¿Cuáles son los rasgos de los estudiantes victimarios? ¿Y de los estudiantes víctimas? Al respecto, hay diversas características –tanto físicas como psicológicas– que pueden llevar a un estudiante a ser víctima de hostigamiento y mal trato; asimismo, hay rasgos –fundamentalmente psicológicos– que caracterizan al agresor. También hay factores de naturaleza familiar y social que inciden en el modelamiento de estos tipos de personalidades. Sobre el tipo de relación interpersonal que se establece entre el victimario y la víctima del bullying, se puede concluir que también este es signo revelador de la complejidad del fenómeno. Como hemos señalado, la noción de “frame” de Erving Goffman es una herramienta útil para abordar esta temática, es decir, la trama o el marco con que se organiza cognitivamente la experiencia. Ya se ha mencionado que, muchas veces, los victimarios distorsionan o minimizan la conducta de acoso que ejercen sobre la víctima defniéndola como “juego” o “broma”, con lo cual hieren en forma repetida y con cierta impunidad al acosado, a la vez que manifestan su poder sobre él. Este marco de organización de la experiencia es, también, muchas veces compartido por los testigos que se convierten, así, en cómplices pasivos del fenómeno: no solamente alumnos, sino también profesores. E incluso a veces la misma víctima adopta este marco de representación de la circunstancia, pensando que hay algo malo en él por sufrir en vez de participar de la diversión. Otras veces la víctima enfoca la experiencia que padece de tal manera que, además de dolor, siente vergüenza y ello contribuye a su silencio: por ejemplo, como algo que le ocurre por ser débil y no poder defenderse; o como algo que se merece por alguna razón; o como un tormento al que todas las demás personas no le conceden ninguna importancia. Las diferentes tramas conceptuales que enmarcan el complejo fenómeno del bullying tienen como resultado, generalmente, 135

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