Inter- y transdisciplina en la educación superior universitaria: reflexiones desde América Latina

181_ Núcleo de Investigación en Inter- y Transdisciplina para la Educación Superior (NITES) INTER ! Y TRANSDISCIPLINA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR LATINOAMERICANA Sección II: Investigaciones y aproximaciones temáticas Philipp Altmann pasividad y el conservadurismo, son obstáculos para la organización. Por eso la lucha campesina sigue fragmentado y no existe un movi- miento campesino en el sentido pleno (Velasco-Abad 1979: 164). En relación con la población indígena, Velasco-Abad enfatiza que esta es de " nida tanto por clase como por etnia. Y justo la particularidad ét- nica de los indígenas es un problema para la organización: la alta di- versidad y la estrecha relación con comunidades pequeñas no permite, según él, el desarrollo de una unidad nacional de la población indígena. Esta constitución se determina desde la inclusión de las relaciones pre- capitalistas en la acumulación originaria en el capitalismo hegemónico en el siglo XIX y hace que las relaciones de clase correspondan con la discriminación étnica que, en cambio, permite la sobreexplotación de la población indígena. La resistencia de núcleos indígenas con estructuras sociales internas a su completa integración en las estructuras capitalis- tas sirve, de esta manera, para la reproducción ampliada del capitalis- mo ecuatoriano. Donde se disuelven las comunidades, los indígenas se proletarizan en trabajadores campesinos. La identidad étnica es, por lo tanto, un obstáculo para la modernización del país: “en la lucha por la reforma agraria, la permanencia de una estrati " cación étnica jugó un papel esencialmente conservador” (Velasco-Abad 1979: 167). La lucha por la tierra es una lucha de clase —según Velasco-Abad, los indíge- nas que participan en ella, lo hacen en calidad de campesinos y no en términos étnicos. Así, ve al auge de las corrientes étnicas —algo que de " ne a la década de 1970— como factor de desmovilización: “la lucha en términos puramente culturales que llevan ciertos grupos indígenas (es) hoy plenamente funcional a las exigencias de modernización del sistema productivo nacional” (Velasco-Abad 1979: 162). Recién en los 1980s se produce un conocimiento cientí " co que es capaz de entender al movimiento indígena como actor político en su propio derecho. Pero este conocimiento se desarrolló fuera de la sociología crí- tica —sobre todo son antropólogos e historiadores de otros institutos y universidades que participan en ello—. La estudiante de la Escuela de Sociología y Ciencias Políticas de la Universidad Central, Alicia Iba- rra-Illánez ofrece quizá la re ! exión más avanzada sobre población y movimiento indígena en el marco de la sociología crítica. Ella parte de la crítica que Lenin hace a la defensa de las comunidades tradicionales de los social-revolucionarios de la Rusia zarista (Ibarra-Illánez 1987: 45)

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