Los tratados entre la Nación Mapuche y la Corona de España

164 Carlos Contreras Painemal no prosigan en sus falsas supersticiones en que el demonio los tenia engañados y que tubiesen lastima de sus almas negando la ceguedad en que avian bivido y que atendiesen a que tenían un governador que benia bestido deste animo incansable en amonestarle persuadiendolos a lo que ellos devieran con la- grimas del coraçon soliçitar y que pues tenian experimentado en lo temporal su buen hobrar manteniendolos en justicia y defendiendolos su livertad y amparandolos a todos sin distin- cion de personas atendiendo de la mesma suerte al noble que al plebeio, al rico que al pobre tubiesen por cierto les deseava en quanto les proponia la ultima y final felicidad pretendien- dolos rreducir al catholico ser, por que lograsen la salvacion para que biviesen sus almas eternamente lo qual oido por los caciques que fue nombrando dixeron unanimes y conformes que no avia que negar lo que decia asi por parte suia, como por parte del capitan general. Y entre los caciques nombrados le rrespondio el cacique Inabilu que avia benido de mas de zient leguas pasada la cordillera nevada, que hera la primera ocas- sion que en semexantes concursos se avia visto el qual dixo que afin solo de la comun voz de toda la tierra que acreditava los agasajos y dadivas con que el Señor Presidente se reportava con los caciques e yndios avia dexado sus tierras y trasmon- tado cordilleras con mucho travaxo por lo fragoso y aspero de ellas, y que le heran mui gustosas las yncomodidades por aver reconocido lo mismo que avia llegado Enecos [?] a su tierra y pidio sacerdote y capitan para llevar a ella por aver estado alli en otros tiempos el Padre Mascardi y Joseph de Zuñiga de la

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