Los tratados entre la Nación Mapuche y la Corona de España

160 Carlos Contreras Painemal tanmapu del cacique Don Luis Guilipel, y como quien estando en medio de dicho butanmapu, hace como tronco de donde se parten las lineas de las confidencias de aquella jurisdicion de cacique en cacique; y dicho cacique Guenchunaguel dixo que lo que avia dicho el cacique Guilipel su confidente hera mui puesto en rraçon, y pues todo lo que el señor governador decia hera tan de la combeniencia y utilidad de ellos, que se devia rrecivir con mucho gusto, y nombrando a todos los caciques de los de su Butanmapu y estendiéndose a nombrar al caci- que Millanamen y al cacique Neiculeo y Guanquelico de la reducion de Repocura, mirandolos con maior respecto porque avian admitido al bisitador Don Joseph Gonález de Rrivera gratificandolos para tener por mano dellos el merecimiento de que dicho bisitador fuese a sus tierras a consolarles dandoles doctrina y porque dichos caçiques heran de otro Butanmapu, donde él no tenía jurisdicion. Respondio diciendo que todas las proposiciones de su señoria se encaminavan en beneficio dellos, y que devian dar muchas graçias a la Magestad Catho- lica pues a costa de su patrimonio, solo asistia a la combenien- zia de ellos, sin que tubiese ningun ynteres. Y que desde luego pedia misioneros para sus tierras. Y que si de antes se les ubie- ra tratado con fervor este negocio de tanta ymportancia para sus almas se ubiera logrado mucho fruto, y que en lo atrasado se avia solicitado solo la paz y no otra cosa y que aunque avian ydo sacerdotes a sus tierras solo avia sido como de camino, y bueltose sin mas diligençia, que yr como de cumplimiento y que solo ponia el reparo que en la lei catholica no se admitia mas que una muger, y que en la que ellos bivian multiplicidad

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