Los tratados entre la Nación Mapuche y la Corona de España
112 Carlos Contreras Painemal las cortesías y honras con que se las propuso, vinieron en lo que había dispuesto, y así se juntaron en este pueblo el día de los Reyes para asentar lo prometido por parte de todos. Debía de sentir mucho el demonio que saliese á luz este parto, y así como pretendió alborotar al enemigo con las falsas nuevas que fueron sembrando por sus tierras los alborotado- res que digimos arriba, así también pretendió alterar nuestro ejército por medio de un indio, que, habiendo sido llevado á Lima y vendido entre otros por esclavo, se huyó desde allí á sus tierras, de donde, instigado de Satanás, se vino á nuestro campo y entró á hablar al Marqués, diciéndole que, aunque se había huido de los españoles, pero que no les podía perder el amor que les tenía, y que así le avisaba que las paces que los indios le habían ofrecido eran fingidas. Procuró acreditar su dicho con algunas relaciones que hizo que no dieron poco cuidado; lleváronle preso hasta ver el desengaño y averiguar la verdad, como se vio este día, viéndose patentemente era men- tira cuanto había depuesto. Cuando supieron los Caciques lo que había pasado, llegaron al Marqués á pedir les entregase este malhechor y enemigo del bien común, porque lo querían levantar en sus lanzas, como suelen para hacer sus ejemplares castigos; pero su señoría los sosegó pidiéndoles le perdonasen, como lo hicieron por su respeto. Sin embargo, porque la prevención y vigilancia nunca fue sobrada en la guerra, dio orden el Marqués saliesen todas
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